domingo, 2 de septiembre de 2012

El acordeón


Varias son las hipótesis sobre los antecesores del acordeón. El "Scheng", antiquísimo instrumento chino (2930 A.C.), se presurpe que fue el primero en utilizar las vibraciones de lengüetas libres para producir sonido, principio en el cual se basa el sonido del acordeón. Este instrumento cuyo aire se soplaba con la boca, nació en Asia, posiblemente en la región que hoy ocupa, Birmania, Laos, Vietnam, China. Los primeros ejemplares del "Scheng" de los que se tiene noticia, aparecieron en la dinastía del Emperador FU-HSI (2930 A.C).

Un pequeño aparato llamado "TIPOTONO", inventado en París a principio del siglo diecinueve por el mecánico PINSONNAT dió idea a otro mecánico ESCHEMBACH de reunir lengüetas afinadas convenientemente, formando escalas, en una misma placa, que dejaban oír sus sonidos pasándolas rápidamente a través del soplo de la boca.

En TROSSINGEN (Alemania), CHRISTIAN MESSNER patenta una armónica a boca. Bien pronto se aumentó el número de lengüetas, aumentando también el tamaño del aparato, y cuando resultó insuficiente el aire de los pulmones se le añadió un pequeño fuelle y una serie de teclas, dando paso al nacimiento del ORGANETTO.




El ORGANETTO del cual deriva el acordeón, lo patentó en Viena, el 6 de Mayo de 1829, el austríaco CYRIL DEMIAN; el 19 de junio del mismo año, WHEASTONE en Londres crea la CONCERTINA.




En 1832, en París, A. Reisner abre un taller de acordeón y años más tarde, en 1838, publica el primer método de estudio.

El inglés Sir Charles Wheastone, físico, fue el que creó el mecanismo de los bajos; Christian Buschmann en 184O realizó otro tipo de acordeón. Desde el año 1832 a 187O los productores franceses dominaban el mercado del acordeón. En esa época era un instrumento muy apreciado en las clases altas de la sociedad ya que su sonido particular se amalgamaba fácilmente al romanticismo triunfante.

Sólo en los años 189O el acordeón comienza a penetrar en las clases populares; es en este período que la competencia alemana e italiana entran a dominar el mercado europeo.

La idea de instrumentos con teclado a piano sale al mercado creada por el francés Christian Busson, en 1852.




La estructura de los instrumentos se fue desarrollando a medida que los fabricantes aportaban nuevas ideas en sus construcciones.

En 1863 le llega a Paolo Soprani, por intermedio de un peregrino, una caja sonora, por la cual se interesa mucho. Estudia el formato, reforma el mecanismo, mejora su construcción, creando así la futura industria del acordeón en Italia.

Un relojero de la localidad de Trossinger (Alemania) llamado Matías Hohner, por su amor a la música, se dedicaba a perfeccionar con entusiasmo un instrumento musical con el nombre de "mundáoline", que había descubierto años antes Christian Frieürich Buschmann. instrumento pequeño, manejable y con grata sonoridad al alcance de todas las posibilidades económicas. Este buen relojero de Trossinger dejó sus quietos y pacienzudos relojes para entregarse a aquel primario Instrumento que modificó, desarrolló y creó la gran industria alemana del acordeón, que hasta el día de hoy crea nuevos instrumentos para todo el mundo.

La decoración externa del instrumento comienza a gravitar en la competencia de los fabricantes.

Se crearon cantidades de modelos, formas y tamaños, que aparecían en el mercando a medida que la demanda aumentaba. Se popularizó el acordeón a botones y el acordeón a piano.




En las tantas renovaciones en la construcción del acordeón, se le aplicaron los "registros", que varían el timbre y la sonoridad de las ejecuciones.

El acordeón a través de los años ha sido adoptado por los pueblos de todo el mundo, gente de todas las edades y ambos sexos, hasta llegar a los instrumentos electrónicos.

A fines del siglo pasado el acordeón aparece en la Argentina de manos del flujo de inmigrantes de la Europa Central venidos en busca de nuevos horizontes. Traían un instrumento portátil a fuelle con un sonido nostálgico y a la vez alegre en cuyos sones recordaban a su patria lejana. Los polacos con sus valses y polcas, los italianos con sus canzonetas, cantan y bailan al compás de este instrumento que cubría todas las posibilidades melódicas, armónicas y también la facilidad de llevarlo consigo a todas partes.




De esta manera se introdujo al acordeón en la Argentina. Estos, inmigrantes diseminados por todo el interior, hacían oír en sus lugares de residencia este instrumento que se prestaba a la ejecución de todo tipo de géneros musicales. Aquí lo comenzaron a llamar "la uerdulera", puesto que sus melodías se oían en las quintas y en el campo, donde se habían radicado la mayor parte de estos inmigrantes.

Muchos años antes de que la migración europea llegara a la Argentina, las misiones jesuíticas durante la conquista española utilizaban para sus actos litúrgicos una especie de órgano que funcionaba mediante el aire que le expelía un fuelle. Los padres misioneros enseñaron a los guaraníes de las reducciones a utilizar dicho órgano y a ejecutar en él música sacra.

El sonido de dicho órgano era similar al sonido que tuvo el acordeón, instrumento inventado varios siglos después. Ese sonido quedó ensamblado al sentir colectivo de un pueblo sumamente religioso. Por eso cuando el acordeón fue introducido por los inmigrantes, muchísimos años después, tuvo una inmediata acogida favorable. Los pueblos del litoral comenzaron a llamar a este instrumento "la Cordiona".





De esta forma es que "la verdulera", "la cordiona" o "el acordeón" se adueña del sentir popular en toda la extensión de nuestro vasto territorio. También llegan los luthiers, fabricantes de acordeones hechas a mano; tal el caso de Giovanni Anconetani, que desde su Loreto natal llega a estas tierras en el año 1882, para instalarse en su fábrica de acordeones que aún hoy funciona.

De esta legión de inmigrantes venidos a la Argentina, comenzaron a destacarse solistas de acordeón, dispuestos deleitar a ese público que gozaba de esas interpretaciones, ya con sus instrumentos más completos, con más técnica. También en el litoral, la "cordiona" comenzó a adaptarse a la música de canto de la región.







CARACTERÍSTICAS

El acordeón es un instrumento de viento, ya que precisa de éste para lograr el sonido. Se trata de un aerófono portátil con dos teclados monódicos verticales de teclas libres, accionado a fuelle, ejecutado con ambas manos simultáneamente y provisto de dos cajas armónicas colocadas a la derecha e izquierda del fuelle. En el interior de la caja vibran dos sistemas de lengüetas metálicas por la acción del aire a presión.

Fue inventado por el austríaco Kiril Damian en Alemania en el año 1829, luego se comercializó en los países del centro de Europa, especialmente en Francia e Italia.
En el siglo XIX fueron promocionados dos tipos de acordeones: GERMÁNICO, (Tornillo e' Máquina) que tiene dos teclas de bajo cuchara y una o dos filas de botones al lado derecho; y el ITALIANO o VIANES, (Espejito) con cuatro botones de bajo y una o dos filas de botones al lado derecho.

Las teorías anteriores hacen incapié en diferentes elementos del acordeón, pero debemos aclarar que todas son importantes en su medida: El fuelle, es un elemento central que logra el viento. La lengüeta, al ponerse en contacto con el aire, logra la vibración y así el sonido. El teclado, permite la pluralidad de sonidos, es decir la polifonía, pero con la existencia de la lengüeta y el fuelle ya es suficiente para producir un sonido y con ello un instrumento. Es por esto que el teclado no es imprescindible.



La estructura de las diferentes partes del acordeón está formada de la siguiente manera: el diapasón que también se conoce como caballete o peaña, 2 cajas de resonancia forradas con nácar, un fuelle, 80 esquineros, 2 teclados, 31 botones melodiosos, 12 bajos, 43 resortes, 43 tapas de teclas, 3 correas de apoyo, 2 correas para cerradura, 1 guardapolvo o parrilla, 1 bota viento, 2 dulzainas o vilinas conformadas por 5 peinillas en el lado derecho y en éstas 186 lengüetas metálicas o pitos y 93 planchas de melodías o notas; y en el lado izquierdo 2 peinillas y en éstas, 62 lengüetas y 36 planchas de armonías o bajos. Por último las badanas en sus respectivos pitos y 2 marcos de madera adheridos al fuelle.


Como siempre sucede, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX  el instrumento cae en desuso, desaparece o se sustituye por su ‘hermano mayor’ de concierto, ya muy perfeccionado (y caro), los grupos folclóricos prefieren nuevamente los instrumentos más ‘tradicionales’ y su existencia se reduce a apariciones esporádicas en manos de viejos acordeonistas que recuerdan tiempos de gloria.



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