Para conservar en óptimas condiciones un delicado instrumento como el violín, uno de los cuidados indispensables es mantener sus cuerdas lubricadas con resina para violín.
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Para que un violín emita una bella melodía no es suficiente con que el violinista sea un músico prodigioso, también es preciso que las cerdas del mismo estén adecuadamente tratadas con resina para violín.
Por muy buena y eficaz que sea una resina de violín, si al aplicarla sobre el mismo, le destroza el barnizado, entonces esa resina no es la adecuada para el instrumento. Aunque la resina se aplique en el arco del violín, siempre algo de resina puede tocar la estructura, debido al uso.
Para saber si la resina para violín es compatible con el barnizado del mismo, es necesario aplicar una muy pequeña cantidad de resina sobre una zona poco visible, pero que esté barnizada. Dejándolo unas horas, y observado el efecto, veremos si la resina para violín es la adecuada o no.
Si el violín es nuevo, el aplicarle resina para violín es fundamental para empezarlo a usar. La resina tiene una textura un poco dura y al tener que extenderla por todas las cuerdas, se convierte en una tarea tediosa y larga. Aunque esté dura, no es conveniente el calentarla, pues perdería sus propiedades.
Debes tener paciencia, pues impregnar todas las cuerdas con resina sólo se debe hacer cuando el violín es nuevo, más adelante la tarea sólo es reforzar la capa de una cuerdas que ya tienen una base de resina. El secreto para hacerlo bien: paciencia y tiempo.
Cuándo note que al tocar una nota, el sonido que emana del violín está desafinado,haciéndolo desagradable al oído, es cuando se debe aplicar la resina de violín en la cuerda que suene mal.
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