lunes, 29 de octubre de 2012

El clarinete






El clarinete es un instrumento musical de la familia de los aerófonos. Dentro de la orquesta, se encuentra en la sección del viento-madera, junto a la flauta, el oboe, el corno inglés y el fagot.


El clarinete pertenece a la familia del viento soplado y viento madera, al igual que la flauta, el oboe y el fagot. Es un aerófono de lengüeta simple. Se construye en madera (tradicionalmente de ébano o granadillo) y su perfeccionamiento, en el siglo XIX, con un sistema de llaves mejorado lo situó en un lugar privilegiado entre los instrumentos. La belleza de su timbre lo hace apto para interpretar pasajes como solista además de ser un instrumento de enorme agilidad y sonoridad, en especial para la ejecución de trinos y cromatismos.




El clarinete es un instrumento de una sola caña. El sonido es causado por la vibración de la caña contra la boquilla, mando el aire pasa a su través. Esto hace, a su vez, que la columna de aire en el tubo vibre.

Se compone


-Una boquilla (que normalmente está fabricada en ebonita o en cristal) con una lengüeta (o caña) sencilla sujeta a ella por una abrazadera.
-Un tubo de orificio cilíndrico compuesto por varias piezas de madera dura (ébano, granadilla) o resina sintética llamadas: barrilete, cuerpo superior y cuerpo inferior. En estos dos últimos existen agujeros y llaves que se tapan o se presionan con los dedos. Algunos agujeros se cierran con las llaves presionadas o sin presionar.Las llaves están bañadas en plata.
-Un pabellón o campana.








El nombre proviene al añadir el sufijo -et, que significa pequeño, a la palabra latina clarino, que significa trompeta (pequeña trompeta). En el Barroco generalmente se utilizaba para sustituir a ese instrumento, debido principalmente a su capacidad para realizar cromatismo, cosa imposible de conseguir en la trompeta natural.

El timbre del clarinete es rico en matices y posibilidades expresivas. Junto a la flauta y el violín es el instrumento más ágil de la orquesta; puede emitir cualquier matiz extremo en cualquiera de sus registros, lo que hace de este instrumento una voz sumamente versátil, dicha capacidad de emitir matices extremos en cualquier registro es única entre todos los instrumentos de viento. También es uno de los instrumentos con una de las extensiones más grandes en su registro: el soprano alcanza más de cuatro octavas (desde un mi2 y por encima hasta las posibilidades del músico) y los modernos clarinetes bajos ampliados sobrepasan las cinco octavas.







Se han escrito grandes obras y conciertos para el clarinete, entre los que destaca uno de los conciertos mejor valorados de la historia, el Concierto en La Mayor para clarinete y orquesta de Wolfgang Amadeus Mozart.






El clarinete procede de un antiguo instrumento popular francés, que tenía 7 agujeros. En el siglo XVII un clarinetista alemán llamado Johann Christopher Denner inventó una técnica que permitía producir un nuevo sonido más agudo, una duodécima nota por encima de la nota original. Esto marca el comienzo de la evolución del instrumento hasta su estado actual, en el que hay fundamentalmente dos tipos de clarinetes según el mecanismo: el sistema Boehm usado en casi toda Europa, Asia y América y el Öhler utilizado en Alemania, Austria y algunos países de ese entorno.

Ejemplos de clarinetistas destacados:


Clarinete clásico:

-Sabine Meyer
-Paul Meyer
-Martin Fröst
-Karl Leister
-Alessandro Carbonare
-Artie Shaw
-Phillippe Cuper

(entre otros)

Clarinete de jazz:

-Sidney Bechet
-Johnny Dodds
-Benny Goodman
-Buddy di Franco

(entre otros)

Clarinete bajo:

-Eric Dolphy
-Louis Sclavis
-Theo Jörgensmann
-Michel Portal

(entre otros)





Existe toda una familia de clarinetes según el registro: Desde sopraninos afinados en mi bemol o fa, hasta octocontrabajos afinados en si bemol. Los más utilizados son:

-el sopranino en mi bemol (también llamado requinto y pitu montañés en Cantabria)

Es el que tiene más posibilidad de subir el tono consiguiendo una aceptable afinación. En términos generales su sonido es brillante, sentido y expresivo. Es raro encontrar una Banda de Música sin requintos en MI bemol, además, por sus dimensiones es el adecuado para la mayoría de los educandos de cor­ta edad que empiezan el estudio del instrumento. Al igual que en las bandas de música, su participación es importan­te en las bandas militares y municipales de carácter profesional, pues es­te instrumento alcanza para los sonidos agudos del Clarinete soprano una afinidad absoluta; podemos decir con toda seguridad que se trata del enlace perfecto de una gama progresiva ascendentemente.

Muchos compositores lo han reconocido en sus obras, ya sean ban­dísticas como orquestales, y actualmente su acoplamiento se generaliza. Citemos unos cuantos: H. Berlioz, en su Sinfonía Fantástica, M. Ravel, en Dafnis y Cloe y en su Bolero, donde denota en el registro medio y grave una sonoridad velada, melancólica y flexible, R. Strauss, en Tilí Eulenspiegel, I. Stravinsky, en La Consagración de la Primavera, G. Mahler, en su Tercera Sinfonía, D. Schostakovich, en su Quinta Sinfo­nía, etc..






-soprano en do, si bemol (el más utilizado) y en la.

Es el instrumento por excelencia de todos los clarinetistas, su timbre alcanza en un grado eminente las cualidades eximias de esta voz instrumental, la pureza y el mordente.

El sonido grave o notas fundamentales del instrumento (antiguamente llamado Caramillo o Chalumeau) posee una intensidad dramática y pastosamente dulce; para conseguir el sonido medio, o las notas que se encuentran en el paso de fundamentales y primer registro, hoy día ya se está perfeccionando el taladro y situación de los agujeros, no se ha llegado a una perfección, pero permite generalmente, mucha claridad y dulzura neutra. El sonido del primer registro o medio (antiguamente llamado Clarín) es brillante, penetrante, claro y limpio; el sobreagudo, el más difícil, si se consigue dominar no tiene nada que desmerezca con los demás, per­mitiendo una homogeneidad entre todos los registros.

En resumen: se trata, sin duda, del instrumento más utilizado en todas las composiciones, ya sean bandísticas, orquestales o cameristicas. Todos los clarinetistas lo prefieren por su facilidad de emisión, puede ha­cerse tierno, sarcástico, patético e incluso irónico.







-alto o contralto (en mi bemol)

Entre las grandes mejoras que ha recibido el Clarinete, una de ellas ha sido el haber completado su familia con la intervención del Clarinete alto y contralto en FA y en MI bemol, que hace el papel de Viola en los instrumentos de cuerda.

Este instrumento es un gran Clarinete, dotado de una bella sonoridad grave no se emplea más que en las bandas de música y en grupos de cámara. El Clarinete alto se encuentra afinado en los dos tonos ya citados; Iwan Múller, su inventor lo hizo con las mismas formas y extensión que el Clarinete soprano, pero su particularidad era su pabellón encorvado.




-bajo (en si bemol) 

Instrumento de invención francesa, es fabricado por Guilles LOT que fue fabricante y constructor de instrumentos de viento en Paris en 1772, recibiendo su instrumento en aquel tiempo el nombre de "Basse­tube". No obstante, se tienen noticias de unas pruebas en 1789 de un Clarinete Bajo construido por DUMAS, pero las investigaciones hechas al caso, permanecen en la oscuridad.

Independientemente a los dos hechos citados, en 1793, H. GREN­SER, construye en Dresde un Clarinete Bajo; este instrumento fue per­feccionado en 1807 por DEFONTENELLES, de profesión relojero, pre­sentándolo con siete agujeros sobre su cuerpo y doce llaves, y en el mis­mo año, Dumas presenta un Clarinete Bajo en el Conservatorio de París.

El constructor italiano M. PAPALINI crea un Clarinete Bajo hacia el año 1800 y en 1832 D. ACOSTA hace reaparecer el clarinete Bajo de Dumas dándole una forma curvada.

Pero pertenece a Adolfo SAX, el honor de haber dado en 1836 la forma actual del instrumento, que cons­taba de 20 llaves fijadas en un cuerpo de boj. Para evitar un tubo largo de difícil manejo, el extremo inferior se curva hacia arriba mientras el extremo superior se continúa con un tubo doblado hacia abajo, de manera que la boquilla quede al alcance del ejecutante sin ninguna posición forzada. Su diapasón con respecto al So­prano en SI bemol, suena una octava más grave, por consiguiente una novena por debajo del tono de la orquesta.






-contrabajo en si bemol.


Este instrumento diseñado a finales del siglo diecinueve en Alemania y Francia, fué realmente desarrollado por Leblanc de París, en los años 1950. Ha sido usado por compositores tales como Antonin Dvorak: El Demonio y Kate (1899), Arnold Schoenberg: Cinco Piezas para Orquesta (1909) y lannis Xenakis: Polytope (1967). Extraoficialmente, ha sido añadido por algunos directores para doblar a los contrabajos discretamente.

A diferencia de otros clarinetes, el clarinete contrabajo es construido usualmente con una sola llave de trino para la mano derecha en vez de las acostumbradas cuatro llaves. Esta llave tiene misma función que la más baja de las llaves de trino en otros clarinetes.
En ocasiones es conocido por el nombre Clarinete pedal, término que se refiere no a ningún mecanismo del instrumento sino a una analogía entre sus tonos bajos con los tonos pedales del trombón, o la sección pedal del órgano.





Además hemos de agregar dos tipos de clarinetes muy utilizados durante el clasicismo musical (que son justamente los utilizados en la mayor parte de las obras de Mozart):

-el clarinete di bassetto (afinado en la)







-el corno di bassetto (afinado en fa).





En los inicios, y debido a la dificultad del clarinete para interpretar en tonalidades con varias alteraciones, por su primitivo estado de evolución, era frecuente la utilización de tres clarinetes: do, si bemol y la, dependiendo de la tonalidad de la obra o movimiento. Aún hoy son habituales, fundamentalmente en el repertorio operístico y en la música contemporánea, si bien el Clarinete en Do hoy en día no tiene uso, pues frecuentemente se acostumbra al uso clarinete en Si bemol, y al clarinete en La en determinadas obras orquestales con tonalidades más allá de dos sostenidos.

Casi todos estos instrumentos son transpositores. La razón más plausible es que, tras la evolución del clarinete en los siglos XIX y principios del XX, al adquirir la capacidad para tocar en todas las tonalidades, el clarinete soprano en do (hoy en desuso) era demasiado estridente, por su gran contenido de armónicos agudos, por lo que se prefirió el clarinete en si bemol (el más empleado) y en la (con una sonoridad mucho más dulce y oscura que el clarinete en si bemol). Una vez fijado el soprano de la familia, los demás miembros se establecieron en relación a éste.






Desde la incorporación del clarinete a la orquesta en el siglo XVIII, muchos compositores han dedicado grandes páginas a este instrumento, tanto como solista de concierto como formando parte de diversas agrupaciones camerísticas. De estos autores hay que destacar a Mozart, que nos dejó entre otras obras un magnífico concierto y un quinteto, Claude Debussy, Carl Maria von Weber, Johannes Brahms, Ígor Stravinski o Luciano Berio.

Obras destacadas del repertorio:

-Concierto para clarinete K.V. 622 y Quinteto con clarinete (W. A. Mozart)
-Serenata para trece instrumentos de viento KV361 "Gran Partita" (W. A. Mozart, que empleó en esta obra clarinetes y cornos di basseto).
-Sinfonía No.6 op.68 en F mayor, 1er movimiento;Allegro ma non troppo (Ludwig van Beethoven)
-Conciertos 1 y 2, Concertino para clarinete, Quinteto con clarinete, Tema y variaciones sobre un aria de Sylvana y "Grand duo Concertante para clarinete y piano" (Carl Maria von Weber)
-Sonatas 1 y 2, Quinteto con clarinete y Trío para piano, clarinete y violonchelo (Johannes Brahms)
-2 piezas de concierto (en fa menor y en re menor) para clarinete, corno di bassetto y piano (Felix Mendelssohn)

(Entre muchas otras)









Los clarinetes son de varios tamaños, pero el Sib y el La son los más usados en la actualidad. Como todos los clarinetes tienen la misma digitación, diferentes tamaños producen diferentes notas. Así, por ejemplo, el Do central en un clarinete en Do sonará como está escrito, pero en un clarinete en Sib un Do central escrito suena Sib.
Por tanto la música para clarinete en Sib tiene que ser escrita una segunda mayor más alta (un tono) de lo que suene y, para un clarinete en La, tiene que ser escrita una tercera menor más alta que su sonido.
El tipo de clarinete (Sib ó La) es seleccionado por el compositor y depende en cual clarinete, utilizará menos sostenidos o bemoles.




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