Dmitri Borísovich Kabalevsky nació en San Petersburgo, 30 de diciembre de 1904, fue un compositor ruso de la era soviética.
Es considerado como uno de los grandes compositores modernos y una figura del nacionalismo soviético. Ayudó a fundar la Unión de Compositores Soviéticos en Moscú y fue una de sus figuras principales.
Nacido en el seno de una familia modesta, su padre —matemático empleado de una aseguradora— le animó a estudiar matemáticas, mostrando sin embargo ya desde joven una fascinación por las artes, siendo un buen pianista, así como también hacia sus pinitos en poesía y pintura. En 1918, su familia se traslada a Moscú, ciudad en la que completa sus estudios secundarios y asiste a clases de pintura. En 1922, comienza sus estudios en la rama económica y social en el «Instituto Engels», paralelamente a sus estudios musicales en el «Instituto Scriabin».
Contra los deseos de su padre, accede al Conservatorio de Moscú en 1925, y allí tendrá como profesores a Nikolai Myaskovsky (composición) y a Alexandre Goldenweiser (piano). Sus primeras obras datan de finales de los años 20: Tres melodías de Alexandre Blok sobre poemas de aquél (1927), una Sonata para piano (1927), el Cuarteto de cuerda n° 1 (1928), un Concierto para piano (1928), y la Sonatina para piano en Do (1930).
Excelente pedagogo —en 1932 será nombrado profesor asistente de composición en el Conservatorio de Moscú y será profesor titular en 1939—, es considerado un músico volcado con los niños. Su verdadera personalidad artística aparecerá en sus obras pedagógicas para piano: De la vida de un pionero (1934), recopilación de piezas fáciles para principiantes, Treinta piezas infantiles (1937-38), 24 preludios (1943), 24 piezas fáciles (1944). Las Sonatinas de las personalidades más importantes de la vida musical soviética. Será, sucesivamente, Secretario de la «Unión de Compositores de la URSS» (1940); redactor de la revista «Sovietskaia Musika»; premiado en cuatro ediciones del Premio Stalin de Estado (1946, 1949, 1951, y 1966); Artista del Pueblo en 1963; Presidente del Consejo Científico de Estética pedagógica en la «Academia de las Ciencias Pedagógicas de la URSS» (1969); y Presidente de la «International Society of Musical Association» (1972).
Forma parte de la primera generación de compositores soviéticos. Militante del PCUS, acatará las orientaciones de la política oficial en materia de creación artística (decretos de 1948). Su obra se integra en dicha política, encontrando su lugar en las formas tradicionales y populares de su país: sus cuatro conciertos para pìano (1929, 1935, 1952 y 1975), un concierto para violín (1948) y dos conciertos para violoncello (1948-49 y 1964) son obras impregnadas de un lirismo íntimo teñido de humor y de alegría de vivir.
Sus composiciones en formas musicales más ambiciosas (sinfonías, óperas) son ciertamente interesantes, pero en ellas Kabalevsky se encuentra menos cómodo. Cuatro sinfonías (1932, 1933, 1934 y 1956), cinco óperas (El maestro artesano de Clamecy o Colas Breugnon, sobre la novela de Romain Rolland (1937), Al fuego o No lejos de Moscú (1943), La Familia de Tarass (1947-50), Nikita Verchinine (1953-54) y Los germanes (1967-69) pertenecen a esta parte de su obra. Kabalevsky también compondrá una opereta, escrita en 1957, La primavera canta.
Kabalevsky no era tan aventurero como sus contemporáneos en términos de armonía y y prefirió un diatonismo convencional, ligado al cromatismo y la relación modal mayor-menor. Al contrario que su compañero Serguéi Prokófiev, en los últimos años abrazó las ideas de realismo socialista, y sus trabajos de posguerra lo reflejan. Las obras patrióticas compuestas durante los años cuarenta (La Gran Patria (1942), Los Vengadores (1942), Los Leninistas (1959), el Requiem en memoria de aquellos que murieron en la lucha contra el fascismo (1963) y Carta al Siglo XXX (1972), no han resistido muy bien el paso del tiempo. También compuso música incidental (Los comediantes 1933), algunas bandas sonora para películas mudas, además de canciones y algún ballet.
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