domingo, 3 de febrero de 2013

El vallenato


El vallenato es un género musical autóctono de la Costa Caribe colombiana con epicentro en la antigua provincia de Padilla, y presencia ancestral en la región sabanera de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba. Su popularidad se ha extendido hoy a todas las regiones del país y países vecinos como Panamá, Venezuela, Ecuador y México. Se interpreta tradicionalmente con tres instrumentos: el acordeón diatónico, la guacharaca y la caja vallenata. Los ritmos o aires musicales del vallenato son el paseo, el merengue, la puya, el son y la tambora.  El vallenato también se interpreta con guitarra y con los instrumentos de la cumbia en cumbiambas y grupos de millo.

No se sabe con exactitud de dónde proviene la palabra "vallenato", a pesar de las muchas hipótesis que han sido expuestas. Sin embargo, a principios del siglo XX, tenía una connotación despectiva y a los propios habitantes de Valledupar no les gustaba. Por tal motivo, en 1915 don Miguel Vence, educador de primaria, fundó una Academia de la Lengua de Valledupar, la cual sesionó una sola vez y determinó que el gentilicio de los nacidos en Valledupar fuera "valduparense".





No obstante que el término "vallenato" puede referirse a los nacidos o a las cosas que se originan en Valledupar, existen otras versiones de la denominación: Según Barrameda Morán, el vocablo "ballenato" pasó a designar a todas las personas que padecieran la contaminación sanguínea producida por el jején, fueran oriundos o no de Valledupar.

Instrumentos: 

Las melodías de estos cantos se interpretaron primero con la flauta de caña de millo o carrizo, abierta en sus dos extremos con cuatro orificios en su longitud y una lengüeta que forma la embocadura y pisa un hilo, sostenido por los dientes, para modular el sonido; a ella se sumaron la caja, tambor pequeño hecho artesanalmente del tronco hueco de los árboles secos y sellado en uno de sus extremos con un pedazo de cuero templado, y la guacharaca, instrumento ancestral indígena que se fabrica utilizando un pedazo de cañabrava a la que se le hacen pequeñas ranuras sucesivas para producir un sonido raspativo al ser frotadas con un hueso (originalmente).

A finales del siglo XIX, décadas después de su invención, el acordeón llegó a Colombia por el puerto de Riohacha; los vaqueros y campesinos lo incorporaron a sus expresiones musicales, y paulatinamente fue sustituyendo al carrizo hasta convertirse en el instrumento principal del conjunto típico de música vallenata.

Además de estos tres instrumentos, caja, guacharaca y acordeón, que representan la trietnia que dio origen a la raza y cultura de la Costa Caribe colombiana, el conjunto típico vallenato presenta un cuarto elemento básico que es el cantante, de más o menos reciente incorporación a raíz de los festivales vallenatos, ya que hasta los años 1960 la costumbre era que el acordeonero llevaba la voz cantante e interpretara él mismo la letra de las canciones que tocaba.





- Acordeón diatónico: Instrumento de origen austriaco, inventado en su forma actual por Kiril Demian en Viena en 1829 y que fue introducido de contrabando por inmigrantes alemanes procedentes de Curazao por Riohacha (en las costas de la Guajira) hacia 1885. Los músicos vallenatos lo modifican para que produzca su caraterístico sonido.


- Caja: Instrumento de percusión de origen africano. Se trata de un tambor pequeño cuyo parche se fabricaba de buche de caimán, luego de piel de marimonda negra y actualmente de cuero de chivo, venado o carnero. El vaso se hace de un tronco de árbol hueco de 40 cm de alto y 30 cm de diámetro. El árbol debe ser de tronco fibroso, como mucurutú, cañahuate o matarratón.


- Guacharaca: Instrumento cóncavo de fricción de 40 cm de largo que se elabora del tallo de la uvita de lata. Su nombre proviene de la guacharaca o pava silvestre, ave de monte cuyo canto es similar al sonido que produce el instrumento. También se utiliza en su lugar el guache.

El vallenato también se interpreta con guitarra y con los instrumentos de la cumbia en cumbiambas y grupos de millo.





Lo que hace característico al vallenato tradicional es ser interpretado sólo con tres instrumentos que no requieren de amplificación alguna: dos de percusión (la caja y la guacharaca), que marcan el ritmo, y el acordeón diatónico (de origen europeo) con el que se interpreta la melodía. No obstante, en algunas ocasiones las canciones se componen o interpretan con otros instrumentos: la guitarra, la flauta, la gaita y el acordeón cromático. Por otra parte, para el vallenato comercial es común no sólo la incorporación de estos instrumentos, sino también del bajo eléctrico y otros de percusión, como las congas y los timbales.

La importancia que adquirió el vallenato en las últimas décadas del siglo XX llevó a la organización de festivales en los que los acordeoneros compiten por el honor de ser declarado el más hábil ejecutor de cada uno de los aires tradicionales (a excepción, inexplicablemente, de la tambora). El más célebre de estos festivales es el Festival de la Leyenda Vallenata, que se celebra anualmente a fines de abril en Valledupar, y cuya primera versión se disputó en 1968. Desde 1987, el Festival Cuna de Acordeones de Villanueva, Guajira, se ha convertido en el segundo de mayor importancia.

En el vallenato el modo de uso del acordeón diatónico requiere usar simultáneamente ambos lados del acordeón. Lo anterior caracteriza al acordeonero colombiano y diferencia al vallenato de los otros géneros musicales con acordeón, donde generalmente se suprime o subutiliza la parte de los bajos (ejecutados con la mano izquierda): En Colombia, la forma armónica y rítmica con que el acordeonero maneja los bajos es un factor relevante de calificación en los festivales vallenatos.





Los primeros acordeoneros de que se tiene memoria fueron a la vez autores de los cantos que interpretaban; cantos que ya tenían una clara diferencia rítmica y una estructura musical propia que les valieron ser clasificados como paseos, merengues, puyas, tamboras y sones. Entonces no había, como hoy, una persona especializada únicamente en componer el canto, otra en ejecutar la melodía en el acordeón y una tercera que los cantara. El acordeonero era un músico integral que con igual destreza hacía sonar el acordeón como interpretaba cantos de su propia inspiración o, en ocasiones, de un tercero. Y hechos los primeros cantos, los acordeoneros se convirtieron en correos cantados, en periodistas musicales, juglares, que iban de pueblo en pueblo y de vereda en vereda llevando la información de los últimos sucesos narrados en los merengues, paseos, puyas, sones y tamboras que cantaban cuando se reunían a descansar y, en ocasiones especiales, a bailar en cumbiambas que se formaban con motivo de las fiestas patronales, entre otras ocasiones.


Paseo: 


A diferencia de todos los demás aires de este folclor, el paseo vallenato tiene una cuadratura de compás de cuatro tiempos. La marcación de los bajos es de uno por tres y a veces, de acuerdo con la pieza, de dos por uno. Para los intérpretes es el aire más fácil de tocar. Este ritmo recoge literariamente y de forma espontánea las historias y relatos del pueblo.

El paseo es concebido originalmente para perpetuar a través del canto la historia de los pueblos precolombinos de la región, cuando chimilas, wayúus, tupes y demás habitantes del viejo Magdalena componían estos cantos para reemplazar a la escritura inexistente, tal como lo hicieron todas las naciones primitivas e iletradas del mundo. A pesar de su antigüedad - que lo ubica en situación de privilegio frente a los demás aires surgidos del mestizaje -, la palabra paseo es, en el ambiente vallenato, la más nueva entre las cinco que nombran los ritmos tradicionales, hasta el punto de no tener más de 80 años desde su popularización.



Merengue: 


Musicalmente hablando, el merengue vallenato tradicional tiene una cuadratura de compás de seis por ocho, un compás derivado, ya que los compases originales son el de cuatro tiempos, el de tres y el de dos.

Al igual que la puya el merengue fue de los primeros ritmos en ser tocados con acordeón e igualmente su auge se dio en los primeros años del presente siglo. Sus mayores exponentes fueron Chico Bolaños, Octavio Mendoza y Chico Sarmiento.

En lo que a las letras se refiere son muy pocas las veces en que son románticas; la misma naturaleza del ritmo se presta muy poco para ello. La gran mayoría de los merengues describen situaciones vividas por el compositor o simplemente son dedicados a un amigo. Los merengues de ahora no tienen temas específicos, casi siempre son compuestos para el jolgorio del pueblo. En el aspecto comercial el merengue, junto con el paseo es el que más se graba y se vende, aunque en los últimos trabajos discográficos, en promedio por cada cuatro paseos hay un merengue.


Puya: 

Este ritmo, en su forma indígena, nunca tuvo canto y consistía en la imitación hecha por el carricero –pitero o caña sillero-, en ritmo rápido, del canto de algunos pájaros; se bailaba en hileras, llevando cada persona las dos manos cerradas a la altura del pecho con los dedos apuntando hacia delante y simulando que se puyaba repetidamente a quien danzaba adelante. Posteriormente, a través del tiempo, se fueron fusionando los distintos elementos triétnicos típicos de la cultura costeña y ribereña colombiana, logrando sumarse la puya negroide, género cantado, a la puya indígena, dándose como resultado la puya vallenata con su actual equilibrio entre el canto, la melodía y el ritmo.


La puya y el merengue en su patrón rítmico y armónico son iguales. La diferencia está marcada en su concepción melódica: en el ritmo, en la música y naturalmente en la interpretación que se haga, propia de cada pieza. Así, la puya tiene una marcación en los bajos de dos por dos y, a veces, de dos por uno en ciertos pasajes de la interpretación, aunque no en todas las piezas. La velocidad que se le imprima no supone una diferencia, porque el intérprete la toca a su gusto.

La puya se destaca por ser el aire más rápido, y el que exige más habilidad en el intérprete del acordeón. Se utiliza más comúnmente en las contiendas y competencias de acordeonistas en los festivales vallenatos de Colombia.




Son: 


El son vallenato tiene una cuadratura de compás de dos por cuatro. Una característica esencial en la ejecución de este aire es la prominente utilización de los bajos del acordeón en la interpretación de cada pieza, tanto que los bajos pueden ser más notorios que la misma melodía emitida por el teclado, principalmente en los acordeoneros de las nuevas generaciones.

El son tiene una marcación en los bajos de uno por uno muy marcada, sobre todo en intérpretes sabaneros o de influencia bajera – viejo Bolívar -; a diferencia de los acordeoneros de la provincia, quienes interpretan el son más fluido, menos marcado, más sutil y le dan una marcación de bajo de uno por dos y de dos por uno, en ocasiones.

Como el paseo, los sones son una especie de crónica en donde la singular narrativa del cantor deja plasmados los acontecimientos de su existencia, particularmente en esta especie se representan dramas nostálgicos que han constituido parte importante en la vida del autor.


Tambora:


La tambora no es un ritmo vallenato, pero si caribeño, que hoy tiende a desaparecer. Tomó denominación femenina debido al predominio de voces de mujeres cuando estos aires eran solo cantados.

Aun cuando sus textos tienen parecido con los merengues dominicanos antiguos, no se puede decir que ese es su origen. Quizás esa similitud se deba a un mismo origen y al patrón étnico común.

Unas son politemáticas, en las que cada verso expresa una circunstancia diferente a la del otro, pero existe uno que es constante. Algunas tienen la particularidad de intercalar el inmodificable verso fijo cada dos versos, y otras mantienen la unidad de escritura de un tema, pero sin tener en cuenta concordancia y armonía en las frases poéticas.

En general, todas tienen condición satírica, lograda en la des-coordinación que resalta más el contraste. Todavía existen algunas puramente instrumentales, interpretadas únicamente con tambores. De ahí su designación.




Corrientes: 

Vallenato tradicional: 


De carácter eminentemente folclórico, es el vallenato ejecutado en los festivales, como el Festival de la Leyenda Vallenata o el Cuna de Acordeones. Comprende la totalidad de los ritmos tradicionales, la puya, el paseo, la tambora, el son y el merengue. Su temática abarca hechos de la vida cotidiana, la amistad, la parranda, la tierra y la mujer. Es la música que cultivaron los juglares como Alejandro Durán, Abel Antonio Villa, Luis Enrique Martínez, "Toño" Salas, Lorenzo Morales, Leandro Díaz, "Pacho" Rada, "Colacho" Mendoza, Rafael Escalona, entre otros.


 Vallenato comercial: 

Es una de las primeras corrientes vallenatas, conocida como "yuca" hacia los años 1980. Se empezó a escuchar en las emisoras comerciales a principios de los años 1970. Sus principales representantes son Otto Serge y Rafael Ricardo,Jorge Oñate, Los Hermanos Zuleta, Diomedes Díaz, el Binomio de Oro, Los Betos e Iván Villazon, entre otros. Predomina el paseo y, en menor proporción, el merengue.

 Vallenato romántico: 


Está influenciado por otros ritmos como la balada, impulsado por Iván Calderón a finales de los años 1980 y comienzos de los años 1990, se basa principalmente en el paseo y últimamente en la denominada romanza. Su principal característica radica en la letra, donde exclusivamente se le canta al amor. Sus temas incluyen amores, despechos, distanciamientos, reconciliaciones. Por lo general se exceptúan los nombres propios para facilitar sus dedicatorias. Es el subgénero que más aceptación tiene en el interior de Colombia, en Monterrey, México, Paraguay, norte de Argentina y las colonias de colombianos en el extranjero, pero a la vez goza de muy poca popularidad en la Costa Caribe. Algunos de sus representantes más importantes son Jorge Celedón, Binomio de Oro, Los Diablitos, Los Gigantes del Vallenato, Los Inquietos, Los Chiches, Nelson Velásquez, y Jean Carlo Centeno.

Vallenato de la Nueva Ola: 

Durante los primeros años de este nuevo milenio ha surgido un movimiento al interior de la música vallenata que propone su modernización, pero retornando a los principios fundamentales que tenía el género antes del vallenato romántico; es aquí donde se ha visto la combinación de las clásicas letras vallenatas (cantándole a la mujer, al amor, a la fiesta) combinadas con música electrónica, reggae y otros ritmos externos. Este género tuvo su principal impulsor en Kaleth Morales, miembro también de una dinastía musical vallenata.






Otros artistas han adoptado esta tendencia como Alvaro Solano Gámez, Silvestre Dangond, Peter Manjarrés, Luis Fernando "Luifer" Cuello, Felipe Peláez, Churo Díaz, Alejandro Palacio, Michel Torres, Pillao Rodríguez, José Darío Orozco, Fabian Corrales, entre otros.


A pesar de existir compositores e intérpretes de vallenato tradicional de gran popularidad en Colombia, el máximo "embajador" de esta música en la actualidad es el cantante samario Carlos Vives, que la ha dado a conocer a través de una variante que se podría denominar vallenato-pop también conocido como vallenato alternativo. Hoy por hoy se hace una diferenciación entre el vallenato tradicional y el vallenato romántico, comercial y de la "Nueva Ola" en el que se han destacado cantantes como Jorge Celedón e Iván Villazón y agrupaciones como el El Binomio de Oro de América. Otros intérpretes como Diomedes Díaz lograron que el vallenato ganara popularidad entre los colombianos sin distinción social ni cultural.




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