martes, 8 de enero de 2013

La música en la radio


La elección de la música para un programa.

Muchos oyentes ponen una radio determinada sólo por la música –independientemente de qué programa se esté emitiendo.
La elección de la música depende del carácter del programa. Hay diferentes criterios a la hora de elegir la música dependiendo del programa.

- Inicio (Opener): Si la música determina el inicio del programa, ésta música puede transmitir algo sobre el carácter, el ritmo y el estilo del programa (por ejemplo, música dinámica para un programa de deportes; música acogedora para un programa de tertulia sobre temas personales; tonos sobrios, electrónicos para un magazine informativo).





- Después de una contribución o de un reportaje hablado largo, la música puede otorgar a los oyentes un descanso, en la que puedan reflexionar sobre lo que han oído.

- La música puede suscitar a seguir escuchando el programa, porque el programa obtiene su ritmo, entre otros factores, de la interacción y del intercambio entre las distintas formas radiofónicas y la música.

- El ritmo, la dinámica, el tempo y la tonalidad son criterios que se han de considerar con mucha atención a la hora de elegir la música. La música no tiene que ser necesariamente siempre coherente: se pueden crear rupturas con la música conscientemente.

- En un programa de magazine, la música debería dirigirse en lo posible a un grupo determinado, al que también están dirigidos los reportajes. La elección debe ser variada y entretenida. Quien pone música muy monótona, posiblemente está restringiendo el número de sus oyentes potenciales.






- La música puede retomar la temática del programa en un plano asociativo (por ejemplo cuando se trata de paisajes fluviales una música que tenga un carácter “fluido”).

- Pero cuidado: no hay que exagerar con la armonización de la música y de los contenidos del programa. No siempre que se habla de Argentina, le va bien poner un tango. La música también puede reproducir clichés.

- Una pieza de música de contenido debería estar correspondientemente planeada dentro del concepto del programa.

- Cuidado con música “demasiado agotadora”. A veces puede ser demasiado poner una canción con un contenido verbal muy alto sobre un determinado tema después de un reportaje hablado muy largo sobre el mismo asunto.

- Se recomienda tener preparadas un par de canciones más de la necesarias para el programa, así se pueden cambiar espontáneamente las piezas según el ambiente del programa.




Existen muchas ocasiones para hablar de música: la presentación de un grupo, una novedad discográfica, un concierto que va a tener lugar por la noche, entrevistas con músicos o coleccionistas, informaciones de fondo sobre la creación de piezas o retratos.

Eso sí, en muchas ocasiones la moderación hace la música comprensible para el oyente. Especialmente las diversas culturas musicales – desde las muchas culturas musicales de la juventud hasta la llamada world music – se ofrecen a ser tratadas en la moderación: se puede transmitir algo sobre el origen, la producción, las características especiales o sobre el contenido. Cuando se pone una canción reggae, se puede hablar sobre su trasfondo espiritual que hay detrás del reggae y del dancehall. A partir de esta base los oyentes pueden hallar mucho más fácilmente una puerta de entrada a este tipo de música nuevo y extraño, que únicamente a través del plano musical. Aprenden mucho sobre un determinado estado de ánimo o una perspectiva especial –y también sobre similitudes de los distintos mundos cotidianos.

- Cuando se escoge la música conscientemente y se la toma en serio como parte del programa, se sobreentiende que hay que nombrar el título de las piezas y de los artistas o las bandas.






- Una regla de oro sobre la presentación de música dice: todo lo que los oyentes pueden oír directamente en la música, no lo tienen que adelantar los presentadores. La descripciones de la música que aparecen en algunas críticas escritas, son superfluas en la radio o incluso molestas.
 Por ejemplo: “el nuevo single de .............  empieza con un golpe de tambor”. Esta presentación elimina el efecto de sorpresa con que comienza la pieza.

- Asimismo molestan instrucciones de director como: y ahora viene la música.

- Cuidado con los adjetivos y con la valoraciones que persuaden: ¡los oyentes quieren decidir por sí mismo si consideran la música bonita, interesante o rock!

- La música debería tener suficiente espacio para surtir efecto. Está en el centro de atención, no aquél o aquella que la presenta. Aun así, los programas musicales les otorgan a los presentadores mucha libertad para la creatividad: La moderaciones que te predisponen para la música son agradables – dependiendo del estilo pueden ser tranquilamente juguetonas, asociativas, con un fondo rítmico o colorido.






La música en los montajes puede despertar emociones e imágenes: es necesario poner música de samba para poder comprender con todos los sentidos un reportaje sobre el carnaval de Río de Janeiro, el oyente puede imaginarse mejor a los músicos y a los bailarines que están siendo descritos de palabra. La música además puede comentar, fortalecer, ironizar o estructurar.

- En los montajes nunca se pone un título entero, sino sólo pedazos de música. Hay que buscar las secuencias por el oído. La duración puede variar dependiendo de la duración total y del ritmo del montaje, pero no debería superar los 30 segundos, ni siquiera en una feature larga.


- El comienzo de una pieza musical es bueno en los montajes para introducir algo nuevo, el finalde una pieza de música marca también un punto final en un montaje. Dentro de los montajes seutilizan por eso casi siempre secuencias de piezas musicales.

- Si vas a hablar al mismo tiempo que la música tienes que tener en cuenta: normalmente la mú-sica cantada o con un instrumento solista no es adecuada para ponerla de fondo mientras alguien habla, porque las voces compiten entre sí y los oyentes no pueden oír ninguna correctamente (competencia de voces). Lo mismo pasa con la música cuando no se coge su ritmo (competencia de ritmo).

- Si la música tiene una autonomía suficiente, se pueden utilizar las voces, los instrumentos solistas y los ritmos de forma dramatúrgica y añadir así un plano acústico propio.

- La música produce un efecto más fuerte que un texto hablado - hay que tratarla con cuidado.

- La música puede reproducir clichés o estereotipos (un tango en un reportaje sobre Argentina).

- Canciones muy famosas pueden cansar o aburrir al oyente.




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