viernes, 15 de noviembre de 2013

Los Papines

Los Papines son un grupo de percusión y voces, creado en el año 1962 en La Habana por los hermanos Luis, Alfredo, Jesús, y Ricardo Abreu, que sería el director y del cual se derivaría el nombre Los Papines, pues sus allegados lo llamaban Papín.

La familia Abreu de tradición musical en la rumba, con hasta once miembros en esta especialidad. Oriundos de Marianao la reconocida barriada del oeste-habanero que vió nacer al gran Chano Pozo,los hermanos Abreu proceden de una familia humilde de once músicos todos consagrados a "la madre rumba".





Desde sus inicios alcanzaron gran popularidad en Cuba y en los escenarios internacionales en los que se han presentado por lo llamativo y original de sus presentaciones. Cultivan los ritmos afrocubanos guaguancó, columbia, yambú, y jiribillas entre otros (todos ellos variaciones de la rumba). Son por tanto grandes exponentes de la cultura cubana. Tocan de manera muy peculiar los sones y boleros.

Iniciaron su carrera profesional en clubes nocturnos y cabarets, como el Cabaret  Tropicana, pero al irse consolidando consiguieron actuar en los mejores escenarios de Cuba y del mundo, así como también en la radio y la televisión.




El espíritu de superación nunca abandonó a los hermanos. Como deseaban una proyección vocal exigente, se acercaron al maestro Luis Carbonell para que los entrenara en el campo de la polifonía y en el logro de soluciones armónicas avanzadas, a más de asumir los rigores de la afinación y la entonación correctas.  Estudiaron a fondo los resortes de la psicología de la recepción, por lo que hicieron de cada presentación un espectáculo en sí mismo. Al mismo tiempo forjaron cada vez más la unidad familiar.

En la finquita, un terreno en las afueras de La Habana solían reunirse con sus hermanas y la prole.  Los cuatro pensaban a una, aunque cada cual tenía sus peculiaridades. Papín se reservaba el liderazgo; Alfredo era la parquedad en persona. Luis y Jesús se ocupaban de las relaciones públicas. Talante que le sigue viniendo bien a Jesús, quien desde hace años explora cuanta presentación artística hay en La Habana para estar al día.  Tanto que le apodan “el Sereno de la Salsa”.





Su espontaneidad junto con sus sonidos africanos hacen su concierto una experiencia llena de ritmo, la energía y el placer. Pero lo que hace diferentes es su forma de tocar los tambores, el golpe de cuero y  el canto, dando al público una muestra de  original rumba cubana. 
También se les conoce como Los Reyes de la Rumba. 

Empezaron a tocar rumbas en las latas, y a continuación, en  cajas de bacalao, y más tarde con tumbadoras, quintos, claves y cucharas.    

Los Papines han llevado su música alrededor del mundo y han compartido escenario con músicos de reconocido prestigio tales como: Panchito Berejano, Manteca, Daria Nasaco, Chicho de la Orquesta de Benni More, Ray Barreto, Mongo Santamaría, Roberto Roena, Tito Puente, Oreste. Vilató y muchos otros".






Comenzaron tocando  todas las manifestaciones  la rumba cubana. Posteriormente otros ritmos, tales como boleros y sones, las cuales comenzaron a ser interpretados también en su estilo tan peculiar.

Han puesto a bailar con la percusión cubana a muchos en diversos países, entre ellos Francia, Japón, Rusia, Canadá, Alemania, México, Estados Unidos. Han grabado numerosos discos, además de sus innumerables actuaciones en Radio y TV.

Los Papines no fue estrictamente un conjunto rumbero, partían de la rumba pero querían y se propusieron hacer más que rumba. Llevaron las tumbadoras y los toques primigenios a un nivel escénico envidiable, en el que interactuaban con el público a base de gracia, ingenio, explosividad.

Esa característica no pasó inadvertida cuando integraron una de las primeras embajadas artística de la Revolución y conquistaron al público europeo. Pero no se afiliaron a un arte de exportación, sino todo lo contrario: eran conscientes de que en la medida en que fueran profetas en su tierra lo serían en las demás.Pero, no se afiliaron a un arte de exportación, sino todo lo contrario: eran conscientes de que en la medida en que fueran profetas en su tierra lo serían en las demás.




                                                               Ricardo Abreu


La agrupación es renovada con miembros de la familia tras el fallecimiento de Ricardo Abreu su director, el cual fallece a la edad de 75 años.

Con los años vinieron los golpes. La muerte de Alfredo (otro interpréte de grupo) estremeció al conjunto. Pero la solución estuvo a mano. Luisito, uno de los hijos de Luis, con formación musical académica, reemplazó a su tío, y a Papín le pareció bien ensanchar el horizonte, con la inclusión por primera vez de una mujer, Yuliet, la joven hija de Jesús, quien había obtenido premios en los festivales Percuba y poseía un notable espectro interpretativo.

Tras el deceso de Alfredo en el 2001, la agrupación replanteó su formato, pero no su esencia: la inclusión de Luis Abreu Chantres, hijo de Luis, y de Yuliet Abreu Fernández, hija de Jesús, no sólo consolidó una línea de continuidad, sino que proyectó aires renovadores al conjunto.

La agrupación ha sido renovada con la incorporación de dos novísimas figuras, pertenecientes a la más joven generación de músicos familiares. Ello ha dado un giro más moderno a sus actuaciones llegando a realizar magistrales interpretaciones de corte jazzístico.




En el comienzo del verano del 2009 pareció el fin de una era. Se hubiera puesto punto final a 50 años de trayectoria artística de Los Papines. Pero allí estaba otro hijo de Luis, Alejandro, dispuesto a recoger el batón.

El quinto, la posición en la que Papín era rey, no volverá a sonar igual. Los nuevos Papines no aspiran a ello. Jesús contaba precisamente que como las manos de Alejandro son pequeñas y no están curtidas como las del maestro, han preparado un tambor que se adapte a sus características, mientras recrea el repertorio original y se aventuran con nuevas propuestas.

Las preocupaciones del ahora quinteto pasan en estos momentos por lograr una articulación coherente entre el legado que recibieron y las apetencias musicales del público de nuestros días.

No se trata de asaltar el terreno de los éxitos fáciles ni de hacer concesiones, sino de reafirmar la clase que los identifica. Para ello cuentan con una verdad tan grande como un templo: la reciedumbre de la dinastía Abreu.



Llevan más de 40 años siendo punteros de la percusión cubana.


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