lunes, 7 de enero de 2013

Cine mudo y los inicios del cine sonoro


El cine mudo es aquel cine que no posee sonido grabado y sincronizado, referido especialmente a diálogo hablado, consistiendo únicamente en imágenes.

La idea de combinar las imágenes con sonido grabado es casi tan antigua como la cinematografía en sí, pero hasta finales de los ' 20, la mayoría de las películas eran mudas. Este período anterior a la introducción del sonido se conoce como la "era muda" o el "período silente".

El cine mudo, realmente nunca fue mudo del todo puesto que se sonorizaban las películas externamente para entretener un poco más al público. Chaplin fue un defensor a ultranza del cine mudo, de hecho continuó haciendo cine mudo una vez inventado el cine sonoro.




El arte de la cinematografía alcanzó su plena madurez antes de la aparición de las películas con sonido, a finales de los años 20. Muchos eruditos sostienen que la calidad estética del cine disminuyó durante varios años hasta que directores, agentes y el personal de producción se adaptaron al nuevo "cine sonoro". La calidad visual de las películas mudas -especialmente las producidas durante los años 20- era a menudo muy alta. Sin embargo, hay una falsa y muy frecuente idea, de que estas películas eran primitivas y de mala calidad comparadas con los estándares modernos. Esta falsa concepción es debido a que tales películas presentaban errores técnicos (tales como películas reproducidas a velocidad incorrecta) y debido al deterioro de muchas películas mudas (muchas grabaciones existen solamente gracias a las copias de segunda o incluso tercera generación que se hicieron, debido a que el filme original estaba ya dañado y descuidado).

Los pueblos pequeños tenían un piano para acompañar las proyecciones. Pero las grandes ciudades tenían su órgano, o incluso una orquesta completa, la cual podía ejecutar algunos efectos sonoros.




Dado que el cine mudo no podía servirse de audio sincronizado con la imagen para presentar los diálogos, se añadían cuadros de texto para aclarar la situación a la audiencia o para mostrar conversaciones importantes en donde se le daba una narrativa real del diálogo.

El escritor de títulos se convirtió en un profesional del cine mudo, hasta tal punto que a menudo se le mencionaba en los créditos al igual que al guionista. Los inter-títulos (o títulos, como se les llamaba en aquel entonces), se convirtieron en elementos gráficos por si mismos, ya que ofrecían ilustraciones y decoraciones abstractas que hablaban sobre lo que podíamos ver en pantalla.





El cine mudo

Durante los primero años del cine mudo la música se utilizaba como acompañamiento en directo, exterior a la proyección de la película, con el objetivo de atraer a un mayor número de público y de mitigar el ruido de fondo de la sala para facilitar la concentración de los asistentes.

Dio origen a una selección de fragmentos de obras clásicas arregladas para órgano, piano o pequeña orquesta. También se utilizaron popurríes de melodías populares que los intérpretes asociaban libremente con la película.

A partir de 1920 es cuando podemos hablar de lo inicios de la verdadera música cinematográfica con compositores clásicos como Milhaud, Satie, Honegger o Hindemith, que llevan al cine las principales corrientes musicales del momento.



Las proyecciones de películas mudas normalmente no transcurrían en completo silencio: solían estar acompañadas por música en directo, habitualmente improvisada por un pianista u organista. Ya en los comienzos de la industria cinematográfica se reconocía a la música como parte esencial de cualquier película, para ambientar la acción que transcurría en la pantalla. Los cines de ciudades pequeñas normalmente tenían un pianista para acompañar la proyección; los de ciudades grandes podían tener organistas o incluso orquestas completas, que podían añadir efectos de sonido. Algunos órganos de teatro tales como la famosa Rudolph Wurlitzer Company (conocida en ese entonces como la poderosa Wurlitzer); podía simular algunos sonidos de orquesta junto con un gran número de efectos sonoros. También en ocasiones había un narrador que, con voz en off, relataba los inter-títulos o describía lo que iba ocurriendo.

En los comienzos del cine mudo, las partituras utilizadas fueron a menudo improvisadas o se utilizaba música clásica o repertorio teatral. Una vez los largometrajes se hicieron habituales, la música fue recopilada en la llamada Música de Photoplay-que estaba específicamente realizada para acompañar a los films-. Esta labor era realizada por el pianista, el organista, el director de orquesta o el estudio mismo, que enviaban una "partitura" de la música que debía acompañar la película. Desde que se hiciera una composición original, como la de Joseph Carl Breil para la épica película de David W. Griffith El nacimiento de una nación, se volvió relativamente común para las películas llegar a las salas de exhibición con partituras originales especialmente creadas para la ocasión.


Debido al tamaño de la producción del cine mudo, ésta empresa se convirtió en la principal fuente de empleo para los músicos (al menos en Estados Unidos). Pero la introducción de "películas habladas", la cual sucedió en el mismo momento que la Gran depresión, fue devastadora para los músicos.




Algunos países idearon otras maneras de ofrecer el sonido a las películas mudas. El cine temprano de Brasil ofreció cantatas de fitas: operetas con los cantantes interpretando detrás de la pantalla. En Japón, las películas tenían no sólo la música en vivo, sino también contaban con un benshi, narrador en vivo que proporcionaba las voces del narrador y los personajes. El benshi se convirtió en un elemento central en las películas japonesas, además proveía la traducción para las películas extranjeras (sobre todo norteamericanas). Su popularidad fue una de las razones por la que los filmes mudos persistieron bien entrados los años 30 en Japón.

Pocas composiciones han sobrevivido de éste periodo, los musicólogos a menudo se encuentran con problemas al tratar de hacer una reconstrucción precisa de las composiciones que quedan. Las composiciones se pueden distinguir en cuatro tipos: reconstrucciones completas de composiciones hechas, compuestas para la ocasión, montadas de bibliotecas de música ya existentes, o improvisadas nuevamente.




Un aspecto crítico en el desarrollo de la composiciones "mudas" es el órgano de teatro, diseñado para llenar un espacio entre un solista simple de piano y una orquesta más grande. Los órganos del teatro tenían una amplia gama de efectos especiales.

El interés en las composiciones de las películas mudas disminuyó en los años 60 y 70. Desde entonces surgió una tendencia en muchos de los programas de cine de las universidades y en los repertorios de los cines en los que la audiencia experimentó con películas que eran solo un medio visual, sin distracciones de música. Esta creencia se incrementó por la mala calidad de las pistas de música encontradas en muchas películas del momento. Más recientemente, ha habido un renacimiento en el interés de la presentación de las películas mudas, ya sea con recomposiciones de las obras originales, o bien, con composiciones originales adecuadas a la obra. Un hito en este aspecto fue la restauración de 1980 realizada por Francis Ford Coppola, de la película de Abel Gance Napoleón, original de 1927, para la cual el padre de este, Carmine Coppola, compuso un banda sonora original interpretada por la American Symphony Orchestra.




El cine mudo requería un mayor énfasis en el lenguaje corporal y en la expresión facial, para que la audiencia pudiera comprender mejor lo que un actor estaba representando en la pantalla. Vistas retrospectivamente, algunas películas de la era muda pueden resultar extrañas, ya que puede dar la impresión que los actores sobreactúan de manera exagerada. Debido en parte a esto, las comedias mudas tienden a ser más populares actualmente que los dramas, porque la sobreactuación resulta más natural en una comedia. No obstante, en algunas películas mudas las actuaciones son más sutiles, dependiendo del director y de la habilidad de los actores. La sobreactuación era un hábito que los actores frecuentemente arrastraban de la escena teatral, y los directores más familiarizados con el nuevo medio la desalentaban.

La mayoría de las películas mudas fueron filmadas en Francia a velocidades más lentas que las películas con sonido (normalmente de 16 a 20 fotogramas por segundo frente a 24), así que a menos que se apliquen técnicas especiales para mostrarlas a sus velocidades originales pueden parecer artificialmente rápidas, lo que remarca su aspecto poco natural. No obstante, algunas películas mudas fueron filmadas a menor velocidad de manera intencionada para así acelerar la acción; esta forma de estilización se hizo preferentemente con las comedias.

En los años previos a la introducción del sonido se filmaron literalmente miles de películas mudas, pero un número considerable de ellas (algunos historiadores estiman que entre el 80 y el 90 por ciento) se han perdido para siempre. Las películas de la primera mitad del Siglo XX se grabaron en rollos de película de nitrato, que era inestable, altamente inflamable, y requería de una conservación cuidadosa para evitar que se descompusiera con el tiempo. La mayoría de estas películas no fueron conservadas; con los años, las filmaciones se convirtieron en polvo. Muchas de ellas fueron recicladas, y un número importante fueron destruidas en incendios. Por este motivo la conservación de películas ha sido una prioridad entre los historiadores de películas.

Varios cineastas han prestado homenaje a las comedias de la era muda, incluyendo a Jacques Tati con su Las vacaciones de M. Hulot (1953), Jerry Lewis con El botones (1960), Mel Brooks que protagonizó La Última Locura (1976), Maurizio Nichetti con Ratataplan (1979), Tricicle con Palace (1995), Eric Bruno Borgman con The Deserter (2004) y Michel Hazanavicius con The Artist (2011).




La inmensa mayoría de las películas en la etapa del cine mudo entre 1895 y 1927 estaban rodadas en blanco y negro. Sin embargo, ya desde el principio muchos cineastas se esforzaron por intentar dotar de color a las filmaciones. Así, Georges Melies tenía un equipo de obreras que pintaban a mano los fotogramas de sus películas, logrando así que en la filmación se vieran en color.[3] Lo más habitual sin embargo era otro estilo de color en esta etapa, por el cual se sumergía segmentos completos de película o la película completa, en tinte de un determinado color, lo que daba a la película en la filmación ese tono de color, sin perder la monocromía. Para mediados de los años veinte, se había desarrollado en la industria del cine todo un código de colores según el tipo de escenas que se estuvieran mostrando. Así, las escenas nocturnas solían teñirse de azul oscuro o verde, por ejemplo, y otros escenarios tenían otros colores. La elección de estos colores era tan importante, que en el rodaje solía identificarse en la claqueta además del número de toma, el color con el que debía teñirse en postproducción lo que se estaba rodando. Además de estas formas de coloración artificial, la compañía Technicolor comenzó a dar sus primeros pasos en el rodaje en color natural en la etapa del cine mudo, y así estrenó su primer rudimentario proceso de color en 1917, para la película The Gulf Between, la primera película filmada en color en Estados Unidos, de la cual no se conservan más que algunos fotogramas. El resultado no fue satisfactorio y habría que esperar a 1922 para que el proceso se perfeccionara y continuaran realizándose películas o fragmentos de películas en color, utilizando el proceso de Technicolor "de dos tiras", que utilizaba dos colores básicos en lugar de tres como el Technicolor moderno, y que por tanto no podía reproducir el 100% del espectro de color. Clásicos del cine mudo como Los diez mandamientos (1923), The Phantom of the Opera (1925) o Ben-Hur (1925) contenían escenas rodadas en color. El proceso de Technicolor continuó utilizándose más allá del cine mudo durante los primeros años del cine sonoro hasta que la Gran Depresión redujo el número de rodajes al mínimo y volvió a estandarizarse durante algunos años más el blanco y negro. Después en los años cuarenta, los estudios se desentendieron de estas filmaciones en color y Technicolor para hacer sitio en sus almacenes destruyó los negativos de las filmaciones, provocando que la mayoría de películas en color de este periodo se perdieran o sólo se conservaran copias en blanco y negro.





Los inicios del cine sonoro

El cine sonoro es aquel en el que la película incorpora sonido sincronizado, o sonido tecnológicamente acoplado con imagen. La primera exhibición pública conocida de cine sonoro proyectado ocurrió en París en 1900, décadas antes de que la sincronización confiable entre sonido e imagen se hiciera comercialmente práctica. La primera proyección comercial de películas con sonido completamente sincronizado ocurrió en la ciudad de Nueva York, en el  1927. En los primeros años después de la introducción del sonido, las películas que incorporaban diálogos sincronizados fueron conocidas como "películas sonoras". En los años 1930, las películas sonoras eran un fenómeno global. En los Estados Unidos, ayudaron a asegurar la posición de Hollywood como uno de los sistemas culturales/comerciales más potentes del mundo. En Europa (y, en menor grado, en otros lugares) el nuevo desarrollo fue tratado con desconfianza por muchos directores de cine y críticos a los que les preocupaba que, el centrarse en los diálogos, trastornaría la principal virtud estética del cine mudo. En Japón, donde la tradición de cine integraba cine mudo con interpretaciones vocales en directo, las películas sonoras se arraigaron con gran lentitud. En India, el sonido fue el elemento transformativo que llevó a la rápida expansión de la industria del cine del país, la más productiva del mundo desde principios de los años 1960.

Sin embargo, tres importantes problemas persistían llevando a las imágenes en movimiento y al sonido grabado a tomar caminos separados durante una generación:

- 1. Sincronización – La imagen y el sonido se grababan y reproducían por aparatos separados, que eran difíciles de comenzar y mantener en sincronización. Aunque los proyectores de imágenes en movimiento pronto permitieron que el cine se mostrara a audiencias más grandes de teatro, la tecnología de audio, antes del desarrollo de la amplificación eléctrica, no podía sobresalir para llenar satisfactoriamente grandes espacios.

- 2. Fidelidad de la grabación – Los sistemas primitivos de la era producían sonido de muy baja calidad, a no ser que los intérpretes estuvieran colocados directamente en frente de los voluminosos aparatos de grabación (altavoces de trompeta, por lo general), imponiendo serios límites en el tipo de películas que podían crearse con sonido grabado en directo.





Los innovadores cinemáticos intentaron arreglárselas con el problema fundamental de sincronización de diferentes maneras; un número creciente de sistemas de imágenes en movimiento dependían de discos de vinilo —conocido como tecnología sonido en disco; a las grabaciones se les llamaba a menudo "discos berlineses", no por ninguna conexión geográfica directa, sino en honor de uno de los principales inventores en el campo, el germano-estadounidense Emile Berliner. Léon Gaumont mostró un sistema que involucraba sincronización mecánica entre un proyector de cine y un plato de tocadiscos en la Exposición Universal de París de 1900. En 1902, su Cronofono, involucrando una conexión eléctrica que Gaumont había patentado recientemente, fue mostrado en la Sociedad Fotográfica Francesa. Cuatro años más tarde, introdujo el Elgéphone, un sistema de amplificación de aire comprimido basado en el Auxetophone, desarrollado por los inventores británicos Horace Short y Charles Parsons  y comercializado por la compañía Victor. 



En febrero de 1927, fue firmado un acuerdo por cinco importantes productoras de Hollywood—las llamadas Dos Grandes, Paramount y MGM, así como First National (una vez en el ranking de la industria junto con Fox, pero ahora en declive), la de medio tamaño Universal, y la pequeña pero prestigiosa Producers Distributing Corporation (PDC) de Cecil B. DeMille—para seleccionar colectivamente sólo un proveedor para la conversión de sonido. El grupo de las cinco entonces se puso cómodo y esperó para ver que tipo de resultados proponían los precursores. En mayo, Warner Bros. revendió sus derechos de exclusividad a ERPI (junto con la sub-licencia Fox-Case) y firmó un nuevo contrato de regalía similar al de Fox para el uso de la tecnología de Western Electric. A medida que Fox y los Warner avanzaron con el cine sonoro en diferentes direcciones, tanto tecnológicamente como comercialmente—Fox con noticiarios y después dramas musicales, los Warner con películas habladas—también lo hizo ERPI, que buscó hacerse con el mercado firmando con cinco importantes aliados.

Todas las películas sonoras de grandes sensaciones del año se aprovecharon de las celebridades preexistentes. El 20 de mayo de 1927, en el Teatro Roxy de Nueva York, Fox Movietone presentó una película sonora del despegue del célebre vuelo a París de Charles Lindbergh, grabado más temprano ese mismo día. En junio, un noticiario sonoro de Fox se muestra presentando su bienvenida de vuelta a Nueva York y Washington, D.C.. Estas fueron las dos películas sonoras más aclamadas hasta la fecha.




Después de reestrenar unos pocos éxitos de películas mudas, como El séptimo cielo, con música grabada, Fox sacó su primera película original Movietone el 23 de septiembre: Amanecer, por el aclamado director alemán F. W. Murnau. Como con Don Juan, la banda sonora de la película estaba compuesta de música y efectos de sonido (incluyendo, en un par de escenas llenas de gente, conversaciones no específicas). Luego, el 6 de octubre de 1927, se estrenó El cantante de jazz de Warner Bros.. Fue un exitazo en taquilla para el estudio de tamaño medio, ganando un total de 2.625 millones de $ en los Estados Unidos y en el extranjero, casi un millón de dólares más que el anterior récord para una película de los Warner.

Producida con el sistema Vitaphone, la mayor parte de la película no contiene audio grabado en directo, dependiendo, como Amanecer y Don Juan, en su música y efectos sonoros. Cuando la estrella de la película, Al Jolson, canta, no obstante, la película cambia a sonido grabado en el plató, incluyendo tanto sus interpretaciones musicales como dos escenas con discurso improvisado—uno del personaje de Jolson, Jakie Rabinowitz (Jack Robin), dirigiéndose a la audiencia de un cabaré; el otro un intercambio de opiniones entre él y su madre. Aunque el éxito de El cantante de jazz fue debido en gran parte a Jolson, ya establecido como una de las más grandes estrellas musicales de Estados Unidos, y su uso limitado de sonido sincronizada apenas se calificaba como una innovadora película sonora (sino como la "primera"), los considerables beneficios fueron prueba suficiente para la industria de que valía la pena invertir en la tecnología.

El perfeccionamiento técnico permitió grabar el sonido en la cinta junto con la imagen que provocó el nacimiento de la figura del “director musical”, que se encargaba de la supervisión de la banda sonora.




Después del estreno de la película El cantante de jazz, las películas habladas fueron cada vez más habituales y diez años después, el cine mudo prácticamente había desaparecido. La era del cine mudo a menudo es referida como "La Edad de la Pantalla de Plata"

El desarrollo del cine sonoro comercial había avanzado a rachas antes de El cantante de jazz, y el éxito de la película no cambió las cosas de la noche a la mañana. No fue hasta mayo de 1928 que los cuatro principales reacios (PDC había abandonado la alianza)—junto con United Artists y otros—firmaron con ERPI para la conversión de las instalaciones de producción y los teatros para el cine sonoro. Inicialmente, todos los teatros cableados por ERPI fueron hechos compatibles con Vitaphone; la mayoría estaban equipados para proyectar bobinas Movietone también. Incluso con el acceso a ambas tecnologías, no obstante, la mayoría de las empresas de Hollywood continuaron siendo lentas para producir películas habladas propias. Ningún estudio aparte de Warner Bros. estrenaron ni una película con partes sonoras hasta que el pequeño Film Booking Offices of America (FBO) estrenó Perfect Crime el 17 de junio de 1928, ocho meses después de El cantante de jazz. FBO había caído bajo el control efectivo de un competidor de Western Electric, la división RCA de General Electric, que estaba buscando comercializar su nuevo sistema sound-on-film, Photophone. A diferencia del Movietone de Fox-Case y el Phonofilm de De Forest, que eran sistemas de densidad variable, Photophone era un sistema de área variable—un refinamiento en la manera que la señal de audio era inscrito en el celuloide que se convertiría finalmente en la regla. (En ambos sistemas, una lámpara especialmente diseñada, la exposición de cual con el celuloide es determinada por la entrada de audio, es usada para grabar el sonido fotográficamente como una serie de líneas minúsculas. En un proceso de densidad variable, las líneas son de oscuridad variable; en un proceso de área variable, las líneas son de anchura variable.) Para octubre, la alianza FBO-RCA llevaría a la creación de un nuevo e importante estudio de Hollywood, RKO Pictures.

Mientras tanto, Warner Bros. había estrenado tres películas habladas más en la primavera, todas rentables, pero no al nivel de El cantante de jazz: en marzo apareció The Tenderloin; fue nombrada por los Warner como la primera película en donde los personajes pronunciaban sus partes, aunque sólo 15 de sus 88 minutos tenían diálogo. En abril le siguió Glorious Betsy y The Lion and the Mouse (31 minutos de diálogo) en mayo. El 6 de julio de 1928 se estrenó la primera película completamente hablada, Lights of New York. La película costó a Warner Bros. sólo $23.000 para producirse, pero ganó $1,252 millones, una tasa récord de rendimiento superando el 5.000%. En septiembre, el estudio estrenó otra película con partes habladas con Al Jolson, The Singing Fool, que dobló con creces el récord de beneficios de El cantante de jazz para una película de los Warner. Este segundo éxito de pantalla de Jolson demostró la capacidad de una película musical de transformar una canción en un éxito nacional: el siguiente verano, el número de Jolson "Sonny Boy" se había anotado unas ventas de 2 millones de discos y 1,25 millones de partituras.




En septiembre de 1928 se estrenó Dinner Time de Paul Terry que fue uno de los primeras dibujos animados producidos con sonido sincronizado. Después de ver esto, Walt Disney decidió hacer uno de sus cortos de Mickey Mouse, Steamboat Willie, también con sonido.

A lo largo de 1928, a medida que Warner Bros. comenzó a recoger grandes beneficios debido a la popularidad de sus películas sonoras, los otros estudios aceleraron el ritmo de su conversión a la nueva tecnología. Paramount, el líder de la industria, sacó su primera película hablada a finales de septiembre, Beggars of Life; aunque tenía sólo unas pocas líneas de diálogo, demostró el reconocimiento del estudio del poder del nuevo medio. Interference, la primera película completamente hablada de Paramount, debutó en noviembre. Las expectativas cambiaron rápidamente, y la "moda" de 1927 se convirtió en un procedimiento estándar para 1929. En febrero de 1929, dieciséis meses después del debut de El cantante de jazz, Columbia Pictures fue el último de los ocho estudios que serían conocidos como "grandes" durante la Edad de Oro de Hollywood en estrenar su primera película con partes habladas, Lone Wolf's Daughter.

La mayoría de los cines estadounidenses, especialmente fuera de áreas urbanas, no estaban aún equipados para el sonido y los estudios no estaban completamente convencidos del interés universal de las películas habladas-a mediados de los años 1930, la mayoría de las películas de Hollywood eran producidas en versiones duales, tanto muda como sonora.




Aunque pocos en la industria lo predijeron, el cine mudo como un medio comercial viable en los Estados Unidos sería pronto algo más que un recuerdo. La última película mayoritaria completamente muda sacada por uno de los estudios grandes de Hollywood fue el western Points West de Hoot Gibson, estrenado por Universal Pictures en agosto de 1929.




 En la década de 1930 se consolida la idea de la importancia expresiva de la música y se concibe la banda sonora no sólo como obertura y final de la película, sino como una música incidental de fondo sonoro que acompaña el desarrollo de la acción utilizando como principal recurso el “leivmotiv”.

Algunos compositores clásicos como Prokofiev seguirán acercándose al mundo del cine, surge ahora la figura del verdadero compositor cinematográfico. Uno de los pioneros será Max Steiner (1888-1971) famoso por la banda sonora de la película Lo que el viento se llevó, que incluye el <tema de Tara> una de las melodías populares de la historia del cine. Aquí os ponemos el fragmento más famoso de la película, y el más teatral.



Los años 30 marcarán también la edad de oro del cine musical, referente en casi todos los casos del teatro musical.Son películas creadas en torno a la música en las que el tratamiento de la imagen se supedita a los números musicales, que interrumpen en la narración trasladando al espectador a un universo irreal.

El principal impulsor de la comedia musical será el bailarín, cantante y actor Fred Astaire en (1899-1987) con películas como Sombrero de copa y Ritmo loco, protagonizadas junto a su pareja de baile Ginger Rogers.


La época dorada de Hollywood.


En 1930, se estrenaron las primeras películas habladas polacas, usando sistemas sound-on-disc: Moralność pani Dulskiej (La moralidad de Mrs. Dulska) en marzo y la película completamente hablada Niebezpieczny romans (Peligrosas aventuras amorosas) en octubre. En Italia, cuya industria había sido vibrante se había convertido en moribunda a finales de los años 1920, la primera película hablada, La Canzone dell'amore (La canción del amor), también salió en octubre; en dos años, el cine italiano estaría disfrutando de un resurgimiento. La primera película hablada en checo debutó también en 1930, Tonka Sibenice.

En la mayor parte de Europa, la conversión de los lugares de exhibición se quedó bien atrás de la capacidad de producción, requiriendo que las películas habladas fueran producidas en paralelo con versiones mudas o simplemente presentadas sin sonido en muchos lugares. Mientras el ritmo de la conversión era relativamente rápido en Gran Bretaña —con más del 60% de los cines equipados para el sonido a finales de 1930, similar a la cifra de Estados Unidos— en Francia, en cambio, más de la mitad de los cines a escala nacional seguían proyectando cine mudo para finales de 1932.

Según el erudito Colin G. Crisp, "La inquietud de resucitar el flujo de películas mudas fue frecuentemente expresado en la prensa industrial [francesa], y una gran parte de la industria seguía viendo el cine mudo como una perspectiva artística y comercial viable hasta alrededor de 1935." La situación fue particularmente grave en la Unión Soviética; por la primavera de 1933, menos de uno de cada cien proyectores de cine en el país estaban equipados para el sonido.




En 1929,el actor y director cubano,René Cardona filma en los Estados Unidos los primeros "talkies" ó películas habladas ,completamente en español,con actores de varios países de habla hispana. . En el periodo que va de 1929 a 1931,se filman en Estados Unidos varios "talkies" en español,sobresaliendo ,entre ellas la película "Charros ,gauchos y manolas" (1930) del director catalán Xavier Cougar.


Ya desde 1907 los argentinos Eugenio Py y Enrique Lepage hicieron experimentos sonoros usando fonografos como fuente sonora. Aunque no sería hasta con la primera exhibición de un filme sonoro en Buenos Aires - siendo también la primera proyección de este tipo en América del Sur - a mediados de 1929, en que los cineastas argentinos vieron el potencial del sonoro en desmedro del entonces predominante cine mudo, tanto realizando nuevos filmes, o con la sonorización de filmes ya exhibidos.  El primer filme sonoro sudamericano fue el cortometraje Mosaico Criollo, también hecho en la Argentina ese año, a manos del director Roberto Guidi quién usó el sistema Vitaphone siendo un éxito menor. También se filmaron allí el primer largometaje sonoro, (Muñequitas Porteñas melodrama filmado en 1930 por José Agustín “El Negro” Ferreyra) la primera película con sonido óptico, (diez cortometrajes con Carlos Gardel hechos ese año por Eduardo Morera bajo el sistema Phonofilm) y la primera película animada con sonido (Peludopolis hecha en 1931 por Quirino Cristiani) de Latinoamerica. Ya en 1932 fue la primera industria de la región que abandonó el cine mudo, lo que fue confirmado con la fundación de los estudios Argentina Sono Film y Lumiton y el gran éxito de las películas ¡Tango! y Los tres berretines (ambas de 1933).




En 1929,en Los Ángeles California se filma el documental "Sangre mexicana" del director Joselito Rodríguez con diálogos de la actriz Carmen Guerrero en sistema RCA,el mismo año,se filma "El Águila y el Nopal" del director mexicano Miguel Contreras Torres, sonorizada en Vithaphone,sin embargo fracasa en su exhibición pública.En diciembre de 1929 se realiza la primera proyección sonora en el Distrito Federal y meses más tarde se filma la primera película sonora mexicana, Mas fuerte que el deber de Rafael Sevilla con el sistema Vitaphone, pero la poca preparación de los proyeccionistas hizo que fuera un desastre. La primera película sonora mexicana en tener éxito fue Santa (1932) la cual utilizó el proceso RCA Photophone. Durante este tiempo el cine en México se consolidó con filmes como El compadre Mendoza (1933), Vámonos con Pancho Villa (1935), ambas de Fernando de Fuentes y Luponini en Chicago (también conocida como El gran Luponini, Luponini o El manos sangrientas).




A corto plazo, la introducción de la grabación del sonido en directo causó importantes dificultades en la producción. Las cámaras eran ruidosas, así que se usó un cuarto insonorizado en muchas de las primeras películas habladas para aislar el ruidoso material de los actores, a expensas de una drástica reducción en la libertad de movimiento de la cámara. Durante un tiempo, el rodaje con múltiples cámaras fue usado para compensar la pérdida de movilidad y técnicos de estudio innovadores pudieron a menudo encontrar maneras de liberar la cámara para rodajes particulares. La necesidad de estar dentro del rango de los micrófonos fijos significó que los actores a menudo también tuvieron que limitar sus movimientos de manera poco natural. Show Girl in Hollywood (1930), de First National Pictures (que Warner Bros. había comprado gracias a su rentable aventura con el sonido), ofrece una visión detrás de las cámaras de algunas de las técnicas que se usaban en el rodaje de las primeras películas habladas. Varios de los problemas fundamentales causados por la transición al sonido fueron solucionadas pronto con nuevas carcasas para las cámaras, diseñadas para ahogar el ruido y los micrófonos boom que podían mantenerse fuera del encuadre y moverse con los actores. Como describe David Bordwell, las mejoras tecnológicas continuaron a un ritmo rápido: "Entre 1932 y 1935, [Western Electric y RCA] crearon micrófonos direccionales, aumentaron el rango de frecuencias de las grabaciones, redujeron el ruido de tierra...y ampliaron el rango del volumen." Estos avances técnicos a menudo significaron nuevas oportunidades estéticas: "Aumentar la fidelidad de las grabaciones...realzó las espectaculares posibilidades del timbre vocal, el pitch y el volumen."


Durante las décadas de 1940 y 1950, Hollywood se convirtió en la meca del cine, alcanzando unos niveles altísimos en sus producciones.

Entre los compositores más importantes destacan Alfred Newman (1900-1970) con la banda sonora de Cumbres Borrascosas, Miklos Rozsa (1907-1995) con películas históricas como Ben-Hur  y Bernard Herrmann (1911-1975) que colaboró con Hitchkock en películas como Psicosis. 




La influencia y aceptación de la música popular del momento provocará la introducción de la música de jazz en las bandas sonoras rompiendo así con el lenguaje tradicional cinematográfico.

El cine musical mantendrá su popularidad gracias al trabajo del bailarín y coreógrafo Gene Kelly (1912-1996) con películas como Cantando bajo la lluvia, que siguen el modelo clásico y refinado impuesto por Fred Astaire. Por cierto, sabéis que Gene Kelly grabó la escena con 39 de fiebre y para remarcar sus pasos otros bailarines reproducían sus pasos sobre el agua?




Mientras la introducción de sonido llevó a un boom en la industria del cine, tuvo un efecto adverso en el empleo de una gran cantidad de actores de Hollywood. De repente esos sin experiencia teatral fueron considerados como sospechosos por los estudios; aquellos cuyas acentos eran muy pronunciados o de lo contrario voces discordantes que previamente habían sido ocultas fueron particularmente vulnerables. La carrera de la importante estrella de cine mudo Norma Talmadge efectivamente llegó a su fin de esta manera. El célebre actor suizo Emil Jannings regresó a Europa. La voz de John Gilbert era buena, pero la audiencia la encontró que difícilmente encajaba con su perfil de héroe, y su estrella se apagó también. La voz de Clara Bow fue a veces culpada por la desaparición de su brillante carrera, pero la verdad es que ella fue demasiado difícil de llevar. No sólo el cine mudo había pasado de moda como un medio, las audiencias parecían percibir muchas estrellas asociadas con él como anticuadas, incluso aquellas que tenían el talento para triunfar en la era sonora. Lillian Gish se marchó, detrás del escenario, y otras figuras importantes pronto dejaron la actuación completamente: Colleen Moore, Gloria Swanson, y la pareja interpretativa más famosa de Hollywood, Douglas Fairbanks y Mary Pickford. Buster Keaton estaba ansioso de explorar el nuevo medio, pero cuando su estudio, MGM, hizo la conversión al sonido, él fue rápidamente despojado del control creativo. Aunque algunas de las primeras películas habladas de Keaton dieron impresionantes beneficios, eran artísticamente tristes.

Varias de las mayores atracciones del nuevo medio vinieron del vodevil y el teatro musical, donde los intérpretes como Jolson, Eddie Cantor, Jeanette MacDonald y los Hermanos Marx estaban acostumbrados a las demandas tanto de diálogo como de canciones. James Cagney y Joan Blondell, que habían trabajado en equipo en Broadway, fueron traídos juntos por Warner Bros. en 1930. Unos pocos actores fueron grandes estrellas durante tanto la era de cine mudo como la sonora: Richard Barthelmess, Clive Brook, Bebe Daniels, Norma Shearer, el dúo cómico de Stan Laurel y Oliver Hardy, y el incomparable Charlie Chaplin, cuyo Luces de la ciudad (1931) y Tiempos modernos (1936) utilizaron sonido casi exclusivamente para la música y los efectos. Janet Gaynor se convirtió en una superestrella con El séptimo cielo and Amanecer con sonido sincronizado pero sin diálogo, como lo hizo Joan Crawford con la tecnológicamente similar Vírgenes modernas (1928). Greta Garbo fue una hablante no nativa de inglés que consiguió el estrellato en Hollywood tanto en el cine mudo como en el sonoro.

A medida que surgían las películas habladas, con sus pistas musicales pre-grabadas, un número creciente de músicos de orquestas de películas se encontraron sin trabajo.




                                                                       Greta Garbo


En la primera edición de 1930 de su encuesta global The Film Till Now, el experto en cine Paul Rotha declaró, "Una película en donde los diálogos y los efectos de sonido están perfectamente sincronizados y coinciden con su imagen visual en la pantalla es absolutamente contrario a los objetivos del cine. Es un intento degenerado y descaminado para destruir el uso real del cine y no puede aceptarse que está dentro de los verdaderos límites del cine." Estas opiniones no fueron raras entre aquellos que veían el cine como una forma de arte; Alfred Hitchcock, aunque dirigió la primera película hablada comercialmente exitosa en Europa, sostuvo que "las películas mudas eran la forma más pura de cine" y se burló de muchas de las primeras películas sonoras como que ofrecían poco aparte de "fotografías de gente hablando."

La mayoría de los historiadores y aficionados al cine de los últimos tiempos están de acuerdo en que el cine mudo había alcanzado un pico estético para finales de los años 1920 y que los primeros años del cine sonoro ofrecían poco en comparación con las mejores películas mudas. Por ejemplo, a pesar de caer en relativamente en el olvido una vez que pasó su era, el cine mudo está representado por once películas en la encuesta Centenary of Cinema Top One Hundred de Time Out' celebrada en 1995. La película sonora más antigua que aparece es la francesa L'Atalante (1934), dirigida por Jean Vigo; la película de Hollywood más antigua en aparecer es La fiera de mi niña (1938), dirigida por Howard Hawks. El primer año en donde la producción de cine sonoro predominó sobre el cine mudo —no sólo en los Estados Unidos, sino también en Occidente considerado como un todo— fue 1929; aunque los años de 1929 a 1931 están representados por tres películas sin diálogos (Die Büchse der Pandora [1929], Zemlya [1930], Luces de la ciudad [1931]) y cero películas habladas en la encuesta de Time Out.





Películas mudas

- 1927: El maquinista de la General (E.E.U.U.; VV 01, S&S 02), Metrópolis (Alemania; VV 01, S&S 02), Napoléon (Francia; TO 95), Octubre (URSS; VV 01); Amanecer (E.E.U.U.; TO 95, VV 01, S&S 02)

- 1928: La pasión de Juana de Arco (Francia; TO 95, VV 01, S&S 02), El héroe del río (E.E.U.U.; VV 01)

- 1929: El hombre de la cámara de cine (URSS; VV 01, S&S 02), Die Büchse der Pandora (Alemania; TO 95)

- 1930: Zemlya (URSS; TO 95)

- 1931: Luces de la ciudad (E.E.U.U.; TO 95, VV 01, S&S 02)

- 1932: producción de cine mudo insignificante



Películas habladas

- 1927: El cantor de Jazz (A. Crossland, E.E.U.U)

- 1928: ninguna

- 1929: Chantaje (A. Hitchcok, Gran Bretaña)

- 1930: El ángel azul (L. Von Sternberg, Alemania)

1931: M (Alemania; VV 01, S&S 02)

- 1932: Scareface (h. Hawks, E.E.U.U)




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