lunes, 11 de febrero de 2013

Antonín Dvořák





Antonín Leopold Dvořák fue un compositor checo que nació en Nelahozeves el 8 de septiembre de 1841 y falleció en Praga el 1 de mayo de 1904, posromántico y nacionalista, uno de los grandes compositores de la segunda mitad del siglo XIX. Sin perder una amplia proyección internacional, supo extraer las esencias de la música de su tierra (Bohemia). Sin duda su obra más célebre es la Sinfonía del Nuevo Mundo.

En Zlonice recibió las primeras enseñanzas musicales y aprendió a tocar el violín, el piano y el órgano. De 1857 a 1859 residió en Praga en casa de un tío suyo mientras estudiaba en la Escuela de Órgano de la ciudad. Cuando su tío no pudo mantenerle por más tiempo, trabajó en la orquestina de Karel Komzák como medio de ganarse la vida, adquiriendo cierta reputación como intérprete. En 1886 pasó a la orquesta del Teatro Nacional de Praga que dirigía Bedrich Smetana.

En 1873 saltó a la fama con su composición “Himno Patriótico”, de hondo calado nacionalista. Ese mismo año obtuvo el reconocimiento internacional con su colección de “Danzas eslavas”. En el verano de 1874 consiguió una beca del gobierno austriaco de 400 florines en mérito a las composiciones que presentó. Visitó Inglaterra en nueve ocasiones, generalmente para presentar y dirigir su propia música, la primera fue en 1884, cuando fue nombrado miembro de honor de la Sociedad Filarmónica de Londres. Más tarde, en 1891, recibiría el título de Doctor Honorario de Música por la Universidad de Cambridge. También, en 1889, la Orden de la Cruz de Hierro otorgada por el emperador Francisco José I, en 1891 el doctorado “honoris causa” por la Universidad de Praga, y un sillón en la Academia de Ciencias y Bellas Artes de Checoslovaquia y de Berlín. Invitado por Tchaikovsky estuvo en San Petersburgo y Moscú ejecutando sus propias obras.




Una etapa singular de su vida fue la que pasó en Estados Unidos. Jeannette Thurber, fundadora del Conservatorio de Nueva York, le ofreció la dirección del centro, lo que le determinó a trasladarse allí en 1892. Bajo la influencia de los “espirituales negros” y de la música popular compuso la "Sinfonía del Nuevo Mundo" y el conocido “Cuarteto americano”. Regresó a su país en 1895 para hacerse cargo de la dirección del Conservatorio de Praga. Aquí murió de una congestión cerebral el 1 de mayo de 1904.





En 1873 ejerció como organista en la iglesia de San Adalberto en Praga. Precisamente fue la estabilidad de este puesto lo que le permitió contraer matrimonio con Anna Čermáková. Cierta anécdota recogida por Filkenstein es muy significativa del respeto que el pueblo inspiraba a Dvořák.

En el verano de 1874 obtuvo una beca del gobierno austriaco de 400 florines por el mérito obtenido con su Sinfonía nº 3. Dvořák ganaría esta beca en dos ocasiones más, en concreto en los años 1876 y 1877. En el jurado que las evaluaba estaba Johannes Brahms, quien le dispensó su voto y su duradera amistad. La intermediación de éste último consiguió la publicación de algunas obras con la importante editorial de partituras Simrock.

Las interpretaciones en el exterior se multiplicaron, especialmente las Danzas eslavas, la Sexta sinfonía y el Stabat Mater, y con ellas más encargos.



Visitó el Reino Unido en nueve ocasiones, generalmente para presentar y dirigir su propia música; la primera fue en 1884, cuando fue nombrado miembro de honor de la Sociedad Filarmónica de Londres. El buen trato recibido en tierras inglesas le llevó a escribir La novia del espectro (1884) y el Réquiem (1890) para Birmingham, la Séptima sinfonía para la Sociedad Filarmónica (1885) y Santa Ludmila para Leeds (1886). Más tarde, en 1891, recibiría el título de Doctor Honorario de Música por la Universidad de Cambridge.

No fueron estas las únicas distinciones que recibió en vida; en 1889, la Orden de la Cruz de Hierro otorgada por el emperador Francisco José I, en 1891 el doctorado honoris causa por la Universidad de Praga, y un sillón en la Academia de Ciencias y Bellas Artes de Checoslovaquia y de Berlín.

Invitado por Chaikovski, visitó Rusia en 1890. Estuvo en San Petersburgo y Moscú ejecutando sus propias obras. Por entonces seguía estrenando nuevos trabajos en Praga y Londres.

Antes de abandonar Europa para marcharse a Estados Unidos, recorrió Bohemia interpretando el nuevo Trío Dumky.



La que pasó en Estados Unidos fue una etapa singular de su vida. Jeannette Thurber, fundadora del Conservatorio de Nueva York le ofreció la dirección del centro, lo que le convenció a trasladarse allí en 1892. Bajo la influencia de los cantos espirituales de los negros norteamericanos y de la música popular estadounidense, así como de los ritmos de los aborígenes norteamericanos, compuso la Sinfonía nº 9 (más conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo), el Quinteto para cuerdas en mi bemol mayor y el conocido Cuarteto americano. De este período también cabe mencionar su Concierto para violonchelo y orquesta, que rápidamente se convirtió en una de las obras más apreciadas para este instrumento solista.

Las dificultades económicas y los lazos familiares le llevaron de vuelta a Praga en 1895, donde empezó a escribir poemas sinfónicos y donde vio recompensados sus esfuerzos en el ámbito de la música dramática por el éxito de la ópera Rusalka (1901). También empezó a enseñar en el Conservatorio de Praga (donde, entre sus pupilos con más talento, se encontraban Josef Suk y Vítězslav Novák).

Objeto de honores y premios de todo signo, permaneció humilde y de gustos sencillos, leal a su nacionalidad checa. Murió en su patria de una congestión cerebral el 1 de mayo de 1904, contando con 62 años de edad.






La edición de las obras de Dvořák por Simrock planteó algunas confusiones sobre su ordenación cronológica. A veces, las casas editoras preferían dar a los compositores noveles la imagen de ser artistas consolidados, por lo que daban a sus obras un número de opus superior al que les correspondería. Por su parte, el propio Dvořák dio un número de opus más bajo a algunas de sus composiciones para poder venderlas a otras editoriales eludiendo sus obligaciones contractuales. En algunos casos, una misma obra llegó a tener tres números de opus diferentes.

También ha habido confusión sobre la numeración de las sinfonías de Dvořák. Ello se debió a que fueron enumeradas inicialmente según su orden de publicación, no de composición. Además, las cuatro primeras sinfonías se publicaron después de las otras cinco, y éstas no se publicaron en su orden cronológico correcto. Por ello, por ejemplo, la Sinfonía del Nuevo Mundo fue conocida durante un tiempo como Quinta y posteriormente como Octava antes de recibir su numeración definitiva como Sinfonía Nº 9 en la edición crítica publicada en la década de los 50.





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