miércoles, 6 de febrero de 2013

La gran música de grandes películas




Entre los compositores más destacados figuran Henry Mancini (1924-1994) con obras como Desayuno con Diamantes. Ennio Morricone, (1928) con La muerte tenía un precio y La misión. Aquí bos dejamos Gabriel´s oboe de La Misión.
 John Barry (1933) con la banda sonora para las películas de James Bond y Memorias de África.

En España destaca el compositor Antón García Abril (1933) con series televisivas como Curro Jiménez.

Lo cierto es que hay películas que recordamos por su banda sonora, como fue el caso de La Pantera Rosa, de Henry Manzini, o Love Story, de Francis Lai. Si la música es un arte singular, y por eso hay coleccionistas de bandas sonoras, ¿No debería tener su sello de identidad? No quiero decir que uno deba componer algo y ‘pegarlo’ en la película, pero si la música es de calidad ¿No es posible que sea la propia película la que no alcance el nivel deseado? Puede ser que en ese caso los coleccionistas compren la banda sonora, aunque tal vez no les haya gustado el film.




La música de los compositores de ‘butaca’ es la que crea una atmósfera que rodea la película, y sonidos que realzan las escenas, siendo estas las principales protagonistas. Un ejemplo claro de un compositor que ha realizado bandas sonoras de butaca es Jerry Goldsmith, con títulos como; ‘El planeta de los simios’, La Profecía o Alien. La película adquiere un clímax que consigue envolver al espectador. Un experto en conseguir su objetivo era Bernard Herrmann. Y una película de clímax fue ‘Psicosis’ de 1960. Hay muchos aficionados que admiran este estilo que sigue aportando riqueza musical al cine.

La música de los compositores de ‘sofá es más melódica, más intimista. A veces no necesitas la película para disfrutar de su banda sonora. Un ejemplo de un compositor que ha realizado música de ‘sofá es James Horner con títulos como Braveheart, Leyendas de Pasión o La tormenta perfecta. Tal vez coloques tu CD en el lector y cierres los ojos para relajarte y disfrutar un rato de música, eso, simplemente música de buena calidad, y puede que consiga evocarte momentos dulces o amargos, tristes o alegres. A lo mejor ni te acuerdas de la película, pero estás en éxtasis al disfrutar de la armonía de los instrumentos cuando alcancen momentos cumbres o sientes que se te llena el alma de satisfacción.

Algunos títulos de ‘butaca’ serían; Tiburón, la saga de Indiana Jones o Parque jurásico. Cuando escuchamos dichas partituras casi podemos sentir la sombra del ‘bicho’ persiguiéndonos, o a Indiana haciendo de héroe. Sin embargo, otros títulos como La lista de Schindler, Quédate a mi lado o Sabrina y sus amores le identifican más claramente como un compositor de ‘sofá’.En la película que hizo su amigo Steven Spielberg, Williams nos transmite a la perfección el sufrimiento y el dolor de la injusticia que traspasa más allá de la época nazi.


                                                              La lista de Schindler


Los caballos a galope crearon un estilo de música que muy fácilmente se asocia con el género de western. Un estilo genuinamente norte americano.


La época más dorada serían los años 50, con grandes directores de cine acompañados de extraordinarios compositores que le daban ese 'aroma' de películas de bakero'. Dos de los más relevantes de aquel tiempo fueron Victor Young y Dimitri Tiomkin. Este último combinaba la melodía con bellas canciones, interpretadas por una voz masculina.


Solo ante el peligro, de 1952, y ganadora del Oscar es el mejor exponente de este estilo de música. Una canción, una melodía y una forma de transmitir unos sentimientos, bien es cierto, que, de una sociedad imperada por el hombre duro que sale al paso de todo cuanto se le pone por delante.




Con el paso del tiempo, el cine se fue beneficiando de los diferentes avances de la técnica, la figura del compositor cobró importancia y con él se incrementó la presencia de la banda sonora en las películas.

Durante las décadas de 1960 y 1970 el cine ira desarrollando un nuevo concepto de banda sonora adecuada a los nuevos tiempos, utilizando las posibilidades de manipulación del sonido en los laboratorios de grabación e influidos por el ascenso imparable de la música pop.

El cine norteamericano sigue dominado por el gusto de las superproducciones, también  aparecerán otro tipo de películas menos espectaculares.El cine europeo comienza a abrirse camino con compositores franceses, británico, italianos y españoles, que alcanzarán una dimensión internacional.





Un estilo que han perpetuado a través de su carrera con el uso de los instrumentos ‘de siempre’. Grandes orquestaciones que le han dado una continuidad a la música que hicieron famosa Gustav Mahler, Rachmaninoff, Bethoven, Chaikoski y otros grandes de la historia de la música clásica. Es lógico pues la gran mayoría han estudiado dicha música y han admirado a sus maestros.

Como en todas las facetas de la vida, los compositores han vivido sus grandes momentos, que a veces se repiten, y otras en cambio nunca más vuelven a venir. Son períodos de ‘inspiración’ fecunda como tuvo James Horner entre los años 1993 y 2000 con sus temas más significativos, como Titanic, Braveheart, Leyendas de Pasión, o el Hombre bicentenario. Maurice Jarre tuvo un período similar entre los años 1962 y 1970, con temas como Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia o La caída de los dioses. Otros han mantenido una trayectoria de ‘in crescendo’, hasta alcanzar una madurez y un equilibrio casi perfecto como es el gran John Williams, que a sus años nos está obsequiando con su mejor música.





Quizás uno de los compositores más solicitado en este momento sea Hans Zimmer y no es para menos pues los trabajos de estos últimos años han sido de gran calidad artística y musical. Como ‘Gladiador’, ‘Peral Harbor’, El príncipe de Egipto ‘Spirit’, y El último Samurai.

 Zimmer que tiene grandes admiradores, sabe cuales son las notas más idóneas para cada partitura. Y es capaz de hacer grandes obras melodramáticas con toques de clasicismo, hasta obras casi subrrealistas como es ‘Black Hawk derribado’, pasando por hermosas obras infantiles, tal es el caso de ‘El Rey león’, o ‘El príncipe de Egipto’, y ‘Spirit’.



Los distintos géneros del cine han marcado las pautas de la composición musical de la banda sonora, lo que nos ha permitido distinguir el estilo, la historia y los personajes representados. A la hora de componer, los compases y el tiempo de las notas marca esa diferencia, aunque es verdad que ciertas notas musicales y ciertos instrumentos se prestan más para un tipo de género u otro. Con los años, las tecnologías de instrumentación, grabación, efectos especiales y un deseo de experimentar han producido estilos nuevos de composición. Algunos con mayor o menor éxito. Pero en cierto modo es el estilo lo que muchas veces define a un compositor y lo que hace que uno se sienta más atraído por el o por otro. Salvo raras excepciones, el compositor de bandas sonoras siempre marca unas formas que le definen y le dan su propia personalidad, lo que hace que algunos sean alabados por esto y otros a veces sean criticados. Pero en definitiva la música es diversidad, y a la vez es universal y no importa de dónde procedamos o cuanto sepamos, las bandas sonoras cautivan el corazón de gentes de todas partes, jóvenes y mayores. Por eso nos gusta tanto. Y tiene un elemento distintivo; podemos escucharla y podemos 'verla' con las imágenes del cine de modo que siempre recordaremos esas notas o esa estrofa con una imagen determinada. Es la grandeza de la música de cine.



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